Las nuevas ´ladies´ llevan shorts, minifalda y gabardinas superceñidas al cuerpo. Son mujeres modernas y sofisticadas, pero en ningún momento renuncian a los símbolos del estilo británico por excelencia. Blusas con lazada, perlas, collares babero, grandes gafas de sol, bolsos de mano y zapatos de estilizado tacón son claves para parecer recién salida de una mansión de Oxfordshire, como quien no quiere la cosa.

Este verano, dominado por el recorte presupuestario para renovar el armario, vuelve la apariencia de lujo, o al menos de esa elegancia de toda la vida, que recrean firmas inglesas como Burberry. Hasta Stella McCartney se ha decidido a hacer un guiño a la tradición que anidó en Gran Bretaña y que, sin duda, tiene en dos mujeres tan antagónicas como Victoria Beckham y la reina Isabel II a dos de sus mejores exponentes.

Si por algo se caracteriza el ´look lady´ es por su extrema femineidad. Los vestidos llevan corte envasé, van bien ajustados a la cintura. Las faldas nunca se sitúan por encima de la rodilla, como prólogo al alargamiento progresivo que se verá a partir del próximo otoño.

Las pequeñas capas sobre vestidos y chaquetas, como las que propone Burberry, resultan más que útiles para afrontar un clima con sorpresas meteorológicas. Si algo queda prohibido son las enormes plataformas. Los tacones deben ser finos y altos, no importa la hora del día.Los bolsos se empequeñecen por fin y dan lugar a versiones casi minimalistas de los modelos clásicos. Y como ejemplo de lady hecha a sí misma, la fallecida ex ministra Margaret Thatcher, precursora de lo que se conoció más tarde como ´power dressing´ (vestir para imponer) y de la prenda clave de este look: el ´power suit´, nombre que se le atribuyó a los trajes de las ejecutivas agresivas de los años ochenta.