Las ojeras, algo de lo que cualquier persona estaría encantada de prescindir. Por lo general, la solución es un buen corrector, siempre acorde con el tono de tu piel. Por lo demás, el asunto no tiene más misterio.

Existen técnicas para una correcta aplicación de este "lápiz milagroso" y una de ellas es la técnica del triángulo: consiste en dibujar un triángulo invertido justo debajo de los ojos, por ello, en lugar de seguir la curvatura de las ojeras se debe realizar una línea recta.

Posteriormente es conveniente difuminar el corrector por el rostro. Si es en crema o en barra, lo más recomendable es realizar este ejercicio con una esponja empapada en una gota de agua o bien con un pincel adecuado para este proceso que se puede encontrar en cualquier tienda de estética. De hecho, en la actualidad son numerosas las firmas de cosméticas que ofrecen antiojeras en forma pincel.

En cuanto al tono, para las pieles morenas, es aconsejable usar correctores beige oscuro y para las pieles más claras se deben usar los tonos pasteles o amarillentos.

Con este método, se consigue un resultado más natural y disimulado, evitando así "pasarnos de la raya".