Patricia Rosales, diseñadora de exclusivos zapatos que calzan celebridades en todo el mundo y que está trabajando en el lanzamiento de su primera línea de bolsos, cree que se está produciendo "una reinvención del lujo" que pasa por "la recuperación de la artesanía pura y dura".

Pese a que aprovecha "la esencia" y materiales de los países que visita para usarlos "en cualquier creación", no ha tenido que ir lejos para seleccionar los nuevos elementos que usará en sus futuras creaciones de zapatos y bolsos: encajes realizados con bolillos y tejidos de jarapas.

"Descubrir que en Almería existe esa industria me hace feliz porque me abre un abanico importante de posibilidades", afirma la creadora, nacida en la localidad almeriense de Rioja.

"Si además desarrollo en la provincia una industria de fabricación, es también una oportunidad para la gente joven", asegura.

La diseñadora, cuyo sello de distinción es la perla, "que debe figurar en cualquier producto Patricia Rosales", prevé que los bolsos "se fabriquen en Almería; es una forma de darle salida a una artesanía propia".

Kylie Minogue, Beyonce o Madonna son algunas de las mujeres a las que ha calzado, si bien la mayor parte de sus clientas proceden de Arabia Saudí, Dubai y Rusia.

Confiesa que fue una clienta mexicana quien la "obligó" a regresar al diseño tras vivir lo que define como un "año sabático" o "tiempo de reflexión", entre mediados de 2013 y 2014.

"Me llamó desesperada diciéndome que no podía caminar y que se desplazaría hasta Madrid un viernes para que le diseñara unos zapatos y regresar a México el domingo. Sentí que me necesitaba y que era el momento de volver".

Rosales, quien vive "con la maleta abierta", desplazándose frecuentemente entre diferentes países, dice que "aparte de vender diseño", vende también "felicidad" a sus clientas.

"Los zapatos simbolizan la libertad y han sido mi salvación en un momento de mi vida, la primera vez que me sentí infeliz, con 26 o 27 años, cuando decidí comenzar a diseñar y crear zapatos", recuerda.

Si bien rememora cómo ya desde niña se fijaba y "diferenciaba a las personas por sus zapatos", como cuando con apenas cinco años se enteró de que los Reyes Magos no existían al reconocer en una cabalgata los zapatos de su tío Paco en los pies del Rey Gaspar.

Se define como "una mujer emprendedora" y asegura que allá donde viaja "va creando empresas", como demuestra el hecho de que a mediados de 2014 inaugurara junto a dos socias una Escuela de negocios en México, que se une a la Escuela Superior de Moda y Empresa que regenta en Madrid.

Señala como hecho fundamental para iniciar un negocio la necesidad de echar mano de los "sueños, quitarse de cierta forma los miedos y tener el suficiente coraje para aprender a levantarse cada vez que te caes".

"En todas las clases y conferencias que imparto les revelo a los alumnos los secretos de mi éxito", afirma, porque dice no tener miedo a que la copien, pues cada cual debe desarrollar "ideas diferentes para buscar sus propias oportunidades de negocio".

"Es importante buscar un nicho y no dirigirse a todo el público", como hizo ella al dedicarse a un sector "muy concreto de la sociedad", donde encontró que existía "una necesidad, y siempre que hay una necesidad también hay una oportunidad".

Relata cómo descubrió que "no había nadie que hiciera zapatos a medida para mujer, y la salud y el bienestar empieza por los pies".

Aunque se trata de un laborioso trabajo "ya que la alta costura es limitada porque mi tiempo es limitado", Rosales concluye que no puede crearse una marca "si no tienes una esencia, que tiene que ver con tu vida".