Empezando de cero tras "el momento más difícil" de su vida. Así se encuentra el icono de la moda "made in Spain" Francis Montesinos, que ha reaparecido con su mezcla de vanguardia y folclore en la madrileña Mercedes-Benz Fashion Week tras su imputación el pasado año por presuntos abusos a menores.

Al igual que tocó el cielo cuando, tiempo atrás, "hubo más de 300 tiendas" con sus diseños o con el desfile ante 15.000 personas en la plaza de toros de Las Ventas (Madrid) de la colección "Made in Spain" (1986), el diseñador valenciano bajó a los infiernos al verse involucrado en esta causa judicial.

"Cuando ocurrió esto, la marca, la tienda, los contratos... todo se fue a pique. No tiré la toalla porque no soy de esos, pero ha sido el momento más difícil de mi vida", ha compartido en una entrevista con Efe el Aguja de Oro de la moda en 1985 y medalla de oro en las Bellas Artes 2006, entre otros galardones.

La causa se sobreseyó, aunque el pasado febrero se reabrió para la práctica de nuevas pruebas, pese a lo que Montesinos (Valencia, 1950) se muestra "ya más tranquilo" porque, en lo que le atañe, según sostiene, "afortunadamente todo acabó", porque, sostiene, no tuvo "nada que ver con esa historia".

El diseñador está ahora "empezando de cero", como cuando abrió su primera tienda de moda en Valencia, allá por 1972, a partir de un negocio familiar en el barrio del Carmen.

En ese habitáculo dio rienda suelta a su creatividad y, en los 80, protagonizó junto a Alaska, Almodóvar, los hermanos Berlanga y compañía, "la Movida" madrileña. Desde entonces se reinventa una y mil veces sobre las pasarelas, "siempre desde la transgresión".

Rodeado de sus últimas creaciones y bajo un retrato suyo firmado por el gran Helmut Newton (el fotógrafo inmortalizó su colección 'El Negro' en 1982 en París), Montesinos se muestra "feliz y sorprendido" por el "pelotazo" de su último desfile, en la Pasarela Cibeles (como sigue llamándola), una nueva provocación suya titulada 'A flor de piel'.

Mientras destila arte hasta en la manera de supervisar su característico bigotillo y esos rizos sobre la nuca, repasa esta extensa colección (50 piezas) de vivos estampados ("es mi lenguaje"), encajes y cuero con la que ha arrancado aplausos, y en la que ha contado con la colaboración del empresario y bajista de la banda de rock Kiss, Gene Simmons.

Según cuenta ilusionado, Simmons, afincado en Los Ángeles y a quien conoció a través de terceros, le ha encargado el diseño de una marca de lujo (desde ropa y complementos hasta el logotipo, escaparates e imagen de las tiendas), y trabaja desde enero en el que describe como el proyecto de su vida: "Simmons quiere abrir en las mejores ciudades del mundo".

Esta sinergia con el roquero se suma a nuevas colecciones que ya tiene en mente ("Siempre tengo ideas. He sabido dosificar la creatividad"), el encargo del vestuario del nuevo espectáculo del coreógrafo y bailarín Nacho Duato y el impulso de su tienda en internet (además de ropa y complementos, firma perfumes, menaje y hasta tiene un cava con su nombre).

A pesar de la diversificación de productos, sostiene que ha "vivido siempre de la moda", aunque ésta precisa del apoyo de instituciones, empresas y consumidores: "Hay que vender, porque, si no, por divino que seas, caes".

Según ha lamentado, España no ha apostado "nada" por la moda, sector en el que este país es "todavía de segunda", porque "hay esfuerzos, pero no los suficientes: este mundo -del diseño y moda- hay que entenderlo, conducirlo y programarlo, y esto no ocurre".

Montesinos casi prefiere no hablar de cómo se viste hoy en España porque, "vas por la calle y es un horror", aunque cree que los peor vestidos son los políticos: "Una corbata de Hermès hay que saber llevarla. Los políticos adoptan una imagen que no es la suya", sentencia, y se ofrece a vestir "a todos ellos" con sus diseños.

Cuando se jubile, le encontraremos "en casa" cocinando paellas a sus amistades, nutriéndose "sin prisas" en su biblioteca y cuidando sus decenas de macetas ("la jardinería me apasiona: ver crecer las plantas y brotar las flores emociona").

No obstante, a este maestro de la moda con cabeza y corazón "fatigados pero jóvenes" le quedan aún pasarelas por pisar: "Me cortaré la coleta cuando deje de torear", dice mientras piensa ya en sus próximas tardes de sol y sombra, de rosas rojas, volantes y lunares.