Si hace una semana eran las muñecas Barbies las que se daban la vuelta y abandonaban sus estilizadas figuras para reflejar la realidad femenina, ahora se suma una de las publicaciones más prestigiosas del mundo, Sports Illustrated.

La revista lanza tres portadas distintas con las tres modelos de tallas grandes de la campaña Swimsuits For All: Ashley Graham, Philomena Kwao y la veterana Nicola Griffin, convertida además en la modelo de mayor edad en aparecer en sus páginas con 56 años. Sin duda toda una revolución para Sports Illustrated que nos tiene acostumbrados a otro tipo de modelos.

En esta apuesta por la veteranía y las líneas curvies repite por segundo año consecutivo la modelo de Nebraska, referente del modelaje de tallas grandes. Considerada en 2012 la mejor maniquí plus size del año, Graham no para de sumar campañas publicitarias, como Addition Elle y Forever 21. Junto a una foto de la producción, Graham se congratulaba de su elección. "Es oficial. ¡Soy modelo de ropa de baño! Esto es un sueño hecho realidad. Gracias a todos los que habéis apoyado las curvas, nuestras voces se han oído y juntos podemos hacer que gane en la categoría de Rookie of the year", escribía en Instagram.

La modelo británica, nacida en Ghana, no es solo una de las modelos más solicitadas de la industria, es una activa luchadora por los derechos de las mujeres africanas a través de la organización Women for Women International.

"Espero utilizar esta plataforma para ayudar a las chicas que algunas veces se sienten desilusionadas con el estilo de vida glamuroso", decía la de Dartford hace dos años. Esta licenciada en Económicas ha sido imagen de la marca Essence y ha protagonizado varias portadas de moda, como Cosmopolitan.

Su pelo blanco está revolucionando la industria de la moda. Nicola Griffin, que debutó en 1964, es la maniquí más mayor que ha posado para la mítica revista. "La gente piensa que pierdes el sex appeal según te haces mayor, pero eso es un mito. Nunca me he sentido más sexy", aseguraba Griffin, que no teme posar en bikini, una prenda a la que no se le resiste ni edad ni talla. "Estaba nerviosa porque todas las chicas con las que estaba eran muy jóvenes.

Estaba preocupada por lo que iban a hacer conmigo. ¡Y me pusieron un bikini de oro!", afirmaba Griffin, que añadía la sorpresa y orgullo que sienten sus hijos.