Aunque Mariah Carey siempre ha sido una mujer de curvas rotundas, lucha día a día por bajar peso. Engordar y adelgazar y así continuamente. El peso de la cantante es un yoyó y se somete a dietas muy estrictas y a largas sesiones de entrenamiento y ahora que está en plena operación biquini no ha tenido reparos en hablar de ello.

“Sí, mi dieta es deprimente. Uso la palabra deprimente porque es así, es la palabra porque me da mucha tristeza. Mi dieta estricta es horrible, pero no quiero contarle a nadie esto ¡no es el momento!, confesó a la revista Sunday Times.

La cantante está cansada de que todo el mundo le pregunte continuamente por su dieta y sus ejercicios. “Es que no quiero que la gente siempre haga comentarios sobre eso", añade la artista, que se define como “una persona muy insegura”.

“Tengo que superarlo porque esta es la realidad de mi vida”, dice, pero aun así ve el lado positivo. “Me veo mejor de lo que estaba hace unos meses, pero a fin de cuentas no soy una de esas personas que dice: "Hoy estoy estupenda”.

El embarazo, su peor momento

Sus hijos le han dado muchas satisfacciones, pero mientras estaba esperando que nacieran no se vio nada favorecida y se maldijo una y mil veces por tener la casa repleta de espejos ¡no le gustaba ver su embarazada figura por todos los lados! “Cuando estaba embarazada, tenía una casa antigua con muchos espejos y no podía evitar mirarme”, recordó. ¡Qué miedo tantos espejos!