El mismo sol que levanta el ánimo y es fuente de vitamina D es responsable del fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. La piel tiene memoria, y las quemaduras de ayer (hasta las de la infancia) pueden hipotecar la salud futura.

En verano, cuando más horas está la piel expuesta al sol, los cuidados han de extremarse. No se trata de demonizar al astro rey, sino de convivir con él: "Tomar el sol diez minutos al día sin fotoprotección es conveniente para la salud", asegura el dermatólogo Ricardo Ruiz Rodríguez, director de la Clínica Dermatológica Internacional y la unidad de dermatología de la Clínica Ruber y autor de 'Antiaging: Cómo mantener tu piel más joven' (Roca Editorial, 21,90 €).

Pero "nunca tomarlo entre las 12.00 y las 16.00 horas, y hay que exponer brazos y piernas en vez de la cara y las manos, más castigadas y que más delatan el fotoenvejecimiento", especifica. No sólo deteriora la piel el sol, "sus otros grandes enemigos son el tabaco, una dieta pobre en antioxidantes, la excesiva gesticulación, las arrugas que se producen al dormir por el apoyo de la almohada y la falta de sueño", avisa el especialista.

Cómo acertar con el fotoprotector

"Lo importante es que sea eficaz contra la radiación ultravioleta A y B y que el factor de protección sea como mínimo de 20. Luego, hay que aplicarlo de forma correcta, intentando que sea 20 minutos antes de la exposición solar, ya que tardan ese tiempo en actuar, y reaplicarlo cada dos o tres horas", explica el dermatólogo.

En la ciudad, la protección con color y acabado mate resulta muy práctica para el día a día; en la playa, los fotoprotectores con fórmulas waterproof, las que repelen la arena y las que se activan con el agua o se aplican sobre mojado son propuestas con mucho sentido.

¿Qué funciona?

El clima condiciona la elección de los cuidados y es habitual optar por cremas con texturas más refrescantes y ligeras. Aunque la regla es clara: si lo que usa le funciona, no lo cambie. El doctor Ruiz aconseja "una crema o sérum de vitamina C por la mañana y, encima, un protector solar. Por la noche, un derivado de la vitamina A, como una crema con ácido retinoico o retinol dos veces por semana y, el resto, una crema confort (hidratante o reparadora)".

Hay quien es partidario de interrumpir el uso de retinol en verano. Según Ruiz, "usado a bajas concentraciones y con protección solar puede usarse todo el año". Sí hay que aparcar los tratamientos con ácido retinoico o el despigmentante hidroquinona, o las pastillas para combatir el acné, que siempre se han de ingerir recetadas por el dermatólogo y siguiendo sus pautas.

1) Loción para cara y cuerpo. Hidrata, alivia y repara. C+C VITAMIN SUMMER LOTION. NATURA BISSÉ.

2) Sérum con retinol. En verano, usarlo en noches alternas, cuatro gotas antes de la crema de noche. RETI AGE SERUM. SESDERMA.

3) Protector solar. Activador del bronceado con SPF 30 y textura de aceite sexo. BRONZE DRY OIL. PROTEXTREM.

Lunares, alerta a la vista

"La lucha contra el cáncer de piel es el mayor reto del dermatólogo", asegura el doctor Ricardo Ruiz. A pesar de que es el tejido del cuerpo más accesible y que se puede ver en su totalidad, la incidencia de este cáncer aumenta. Los niños se siguen quemando, lo cual se ha demostrado que favorece la aparición de cáncer en la edad adulta. La campaña Skinchecker, de La Roche-Posay, apunta un dato escalofriante: cinco quemaduras antes de los 20 años aumentan el riesgo de sufrir un melanoma en un 80%.

Cada año se diagnostican en España 4.000 nuevos casos de melanoma. El cáncer de piel tiene signos fácilmente identificables que ayudan a su detección precoz -cuando el 90% se cura-, y la autoexploración es importante.

Hay que acudir al dermatólogo si se observan cambios en los lunares (oscurecimiento, picor, elevación...), lesiones con crecimiento rápido, sangrado e inflamación o presencia de erosiones que no curan en un plazo de tres semanas. Para revisarlos -también se esconden detrás de las orejas, en el cuero cabelludo, uñas y plantas de los pies-, lo más sencillo es seguir el abecedario que usan los expertos. Estas son las señales de alerta:

  • Asimetrías.
  • Bordes irregulares.
  • Colores distintos en la misma lesión.
  • Diámetro superior a 6 mm.
  • Evolución rápida.