Una familia con una renta inferior a 18.000 euros anuales, dos hijos menores y residente en el ámbito rural, puede multiplicar por tres su gasto en salud con la reforma sanitaria si se diagnostica de cáncer a uno de sus miembros y no tiene cubierto el transporte sanitario no urgente.

Así se desprende de un estudio de la Asociación Española contra el Cáncer (aecc) que analiza el impacto en los pacientes oncológicos del Real Decreto de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), dado a conocer con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Cáncer.

Esta organización manifiesta su preocupación por algunas de las medidas recogidas en esa ley, que establece el copago de medicamentos, incluyendo por primera vez a los pensionistas, así como la aportación del usuario en otras prestaciones, como productos ortoprotésicos y dietéticos o el transporte sanitario no urgente.

A causa de los "recortes" en servicios sociosanitarios, la población en riesgo de pobreza y exclusión social (en aumento en España), "verá agravada de forma considerable esta situación con un diagnóstico de cáncer, denuncia la aeec en un comunicado.

Según la investigación, la familia analizada gastaría aproximadamente 451 euros en los ocho meses que dura el tratamiento oncológico, frente a los 1.146 euros que tendría que desembolsar si tuviese que pagar las ambulancias.

El estudio toma como referencia casos concretos de pacientes tipo y parte de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que sitúan el gasto medio mensual en salud de esta unidad familiar en un 3 por ciento del total del gasto.

Si se diagnostica un cáncer en la familia, se pasaría de ese 3 por ciento hasta un 7,2 por ciento en los ocho meses a causa de la enfermedad y con el transporte cubierto.

En caso de que la sanidad pública no se haga cargo de esa prestación por no entrar en criterio facultativo, el gasto se situaría en un 18 por ciento (un 15 por ciento más que si no hubiese enfermedad).

El gasto fundamental durante el tratamiento es el transporte, especialmente para acudir a las sesiones de radioterapia, y tiene un mayor impacto en las familias que residen en el ámbito rural, para las que representa el 76 por ciento de su gasto sanitario total, según el estudio.

Antes del real decreto, esta prestación era totalmente gratuita para las personas con movilidad reducida o por causas sanitarias, sin incluir el baremo por renta actual.

El estudio revela que si se supera la enfermedad, el gasto en salud derivado del cáncer aumentará de forma permanente en un 8 por ciento cada año, lo que sitúa el gasto familiar sanitario en el 11 por ciento, frente al 3 por ciento original de una familia sin enfermedad.

Determinados medicamentos antineoplásicos (aquellos que destruyen o previenen la proliferación de las células malignas) están sujetos a aportaciones del paciente, tanto si se dispensan en la farmacia hospitalaria (antes eran gratuitos) como si se retiran de la botica de la calle.

Aunque son de aportación reducida, el precio se ha elevado de 2,67 a 4,13 euros por receta con la nueva normativa.

A este respecto, la aecc recalca la discriminación que se da entre los pacientes en quimioterapia de administración intravenosa (gratis al ser en hospital) y los de administración oral (sujeta a copago).

En cuanto a la medicación de soporte para los pacientes oncológicos, el estudio revela que solo algunos analgésicos como los opioides transdérmicos son de aportación reducida, por lo que en caso de necesitar otro tipo de analgesia podría suponer un coste elevado.

La asociación pide prestar especial atención a los casos más vulnerables (alta comorbilidad, pensionistas, polimedicados, situación económica familiar precaria..), ya que un incremento del copago en las prestaciones en el caso de enfermos de cáncer podría poner en riesgo la continuidad de los tratamientos.

Además, solicita la continuación de los programas de cribado poblacional del cáncer para detectar precozmente la enfermedad y una valoración del acceso al servicio de transporte sanitario no urgente en función de las necesidades del paciente.

Eximir de aportación a todos los fármacos antineoplásicos y considerar de aportación reducida para los enfermos de cáncer todos los medicamentos que el enfermo necesite, bajo prescripción médica, para el control del dolor, son otras de las exigencias de la aecc tras los resultados obtenidos en el estudio.