Las prácticas de los cuidados de la piel de los recién nacidos y de los bebés han sido transmitidas de generación en generación en cada familia a lo largo de los años y han estado determinadas por las costumbres de cada país.

Sin embargo, la falta de datos empíricos provoca que las recomendaciones entre especialistas, en ocasiones, resulten muy contradictorias. Para acabar con esto, un grupo interdisciplinar de especialistas crea la "Guía de la piel del recién nacido y del bebé", un documento basado en evidencias científicas y buenas prácticas y que aglutina todos los cuidados relacionados con la piel del bebé.

Esta guía se forja en torno a cuatro pilares fundamentales para el cuidado de la piel del bebé como son el baño, la hidratación, el masaje y el cuidado del área del pañal. Los cuatro son fundamentales para el cuidado y la higiene de la piel del recién nacido que goza de unas características propias, y que requieren unos cuidados específicos para preservar su funcionalidad y permitir su desarrollo psicoafectivo.

En este último punto, juegan sobre todo un importante papel el baño y el masaje infantil ya que, además de aportar beneficios a su piel, requieren de un contacto corporal que hace que se vayan estableciendo conexiones neuronales y de afecto entre padres e hijos.

Especialistas de las más diversas áreas entre los que se encuentras pediatras, psicólogos o matronas entre otros, unifican ciencia y tradición en esta guía con el objeto de servir de gran utilidad al resto del colectivo médico, y asegurar el correcto cuidado de la piel de todos los bebés.