El ciclismo es uno de los deportes más duros y extremos que existen. Los ciclistas profesionales recorren cada año cientos y cientos de kilómetros, haga frío, llueva o nieve. Son un ejemplo de vida sana y dedicación, que podemos copiar para que nuestro cuerpo se sienta mejor. Y es que pedalear, además de ser una moda ecológica, económica y adictiva, trae a nuestra salud una serie de beneficios que por el Día Mundial de la Bicicleta te pasamos a detallar.

Reduce el riesgo de infarto

Varios estudios confirmaron que ir en bicicleta reduce a la mitad el riesgo de sufrir un ataque al corazón. Esto es así porque al pedalear aumenta el ritmo cardiaco y la presión arterial disminuye, con lo que el corazón trabaja más desahogado.

Eleva el colesterol 'bueno' y reduce el 'malo'

Un pedaleo constante hace que los vasos sanguíneos sean más flexibles, evitando que se calcifiquen. Esto contribuye a reducir el llamado colesterol 'malo', el LDL, y a elevar el 'bueno', el HDL.

Evita los dolores de espalda

La inactividad o las malas posturas al sentarse generan incómodos dolores de espalda. Si al montar en bici adoptamos una posición con el torso inclinado hacia delante, lograremos que los músculos se tensen, estabilizando el tronco. Por tanto, es una buena forma de que nuestra espalda no sufra, evitando lumbagos y tirones.

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Ayuda a espantar las infecciones y el cáncer

El sistema inmunológico se refuerza montando en bicicleta. Pero ojo, solo con un esfuerzo moderado, de lo contrario contribuiremos a debilitarlo. Asimismo, el pedaleo está recomendado para personas que sufren cáncer porque esta actividad activa los fagotitos, células que captan y eliminan microorganismos nocivos.

Adiós a las depresiones

Quienes montan en bicicleta tienen menos depresiones y enfermedades mentales. Este deporte oxigena nuestro cerebro, lo que nos ayuda a pensar con más facilidad. Asimismo, segregaremos hormonas que generan una sana adicción a esta práctica.

Mejora las articulaciones

Aunque se tiende a pensar que la bicicleta hace sufrir a las rodillas, lo cierto es que pedalear contribuye a protegerlas. A diferencia de otros deportes, como el 'running', en el ciclismo la mayor parte del peso del cuerpo recae sobre el sillín y no sobre las rodillas. Además, lograremos unas piernas fibrosas y atractivas.

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Dispara los niveles de energía del organismo

El ciclismo requiere un enorme esfuerzo, por ello es necesaria una buena alimentación que nos proporcione energía para subir empinadas cuestas. Está comprobado que los ciclistas tienen más energía que los que no lo son. Montar en bici a una intensidad moderada reduce la sensación de fatiga y eleva los niveles de energía.

Genera endorfinas

Andar en bici te dibujará en el rostro una amplia sonrisa. Pedalear genera endorfinas, las hormonas de la felicidad. Solo necesitas una hora sobre el sillín para notar que te sientes más feliz. Eso sí, no hay que pasarse con el esfuerzo porque podemos lograr el efecto contrario.

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Alarga la vida

Las personas, de cualquier edad, que practican ciclismo gozan de mucha mejor salud. Un estudio del 'International Journal of Sports Medicine' reveló que los ciclistas profesionales viven, de media, unos ocho años más que el resto de la población.

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Contribuye a la lucha contra la contaminación

Cero emisiones. Si utilizamos la bici en lugar del coche para desplazarnos, estaremos poniendo nuestro grano de arena en la lucha contra el cambio climático. Además, desde el punto de vista económico, la bicicleta resulta mucho más barata que un automóvil.