El cannabis se ha convertido en el 'culpable' de casi la mitad de los nuevos ingresos que se registran en los centros de rehabilitación de adicciones: supone el 45,7 % de las demandas de tratamientos que se plantean por primera vez en la vida, una situación que preocupa en el Plan Nacional sobre Drogas.

En una entrevista con Efe, el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín, se refiere a ese trasvase del consumo de cocaína al de cannabis y de los problemas que está acarreando y que han hecho que desde 2012 sea la droga ilegal que más ingresos genera entre los admitidos a tratamiento por vez primera.

El cannabis es la droga ilegal más consumida en España (el 9 %), seguida con "mucha diferencia" de la cocaína (alrededor del 2,2 %), que es la segunda de la lista.

Los últimos datos que existen en el Plan sobre las demandas de tratamientos no dejan lugar a dudas: en 2013, el cannabis representaba el 45,7 % de los primeros ingresos y la cocaína el 38.

De la "epidemia de la heroína" se pasó a un problema "sustancialmente centrado en la cocaína", pero su consumo y la demanda asistencial por el mismo han ido descendiendo, mientras que ha ido creciendo la de cannabis en personas muy jóvenes, incluso adolescentes.

Y hay un dato "dramático" que apunta el delegado: "aquellos que llegan a pedir asistencia y ayuda por un consumo de cannabis a un centro de atención sin haber cumplido los 18 años -sólo esos- lo han empezado a consumir de media a los nueve". Son pocos, no llegan al centenar en España pero Babín advierte de esta situación "terrible".

¿Qué problemas puede presentar un consumidor problemático y enfermo por el cannabis?: muchos y dependen en gran medida de la propia genética y predisposición para tener problemas.

Los primeros consumos pueden producir en algunas personas brotes psicóticos, una situación que cuesta bastante revertir, y en otras lo que algunos denominan 'síndrome amotivacional', "una forma de enfrentarse a la realidad cotidiana en la que las personas tienen muchísimos menos potenciales y predisposición para ocuparse de las tareas de la vida diaria".

En la adolescencia, además, "está perfectamente demostrado que este consumo impide la normal maduración del cerebro"..

No obstante, a pesar de protagonizar el mayor número de demandas de ingresos, no se puede decir que el consumo de cannabis haya aumentado.

"Puede parecer paradójico, pero no lo es -dice Babín-. El consumo de cannabis, y sobre todo en adolescentes, ha disminuido más de un 30 % en la última década y sigue descendiendo, lo que ocurre es que los que consumen lo hacen con mayor riesgo".

El porcentaje de consumidores de riesgo de cannabis está aumentado al tiempo que el consumo general disminuye.

La causa del aumento de consumidores de riesgo es que en que los que se iniciaron en el cannabis hace unos años lo hicieron bajo una "premisa exploratoria" y han estado recibiendo una serie de mensajes de que esta sustancia "no es mala", sino que "es mejor que fumar tabaco y cura un montón de enfermedades".

Esos mensajes, en esas personas que ya habían mostrado una predisposición hacia el consumo, han derivado en consumos cada vez mas problemáticos, agravados por otra circunstancia, que los que están comerciando con la droga han buscado en la ultima década un cannabis "mucho mas potente y de mayor riesgo".

El cannabis tiene numerosas sustancias dentro, pero la más importante desde el punto de vista adictivo es el tetrahidrocannabinol, y en la actualidad está mucho más presente: hace diez años las concentraciones de este componente llegaban al 3 o 4 %, pero ahora pueden alcanzar el 15 % o incluso más, tal y como asegura el delegado.

De esta forma, el riesgo de sus consumidores, incluso no adictos, "ha aumentado y de manera notable", de ahí que se justifique "que digamos -apunta Babín- que ha aumentado el consumo de riesgo de cannabis aunque el numero de consumidores haya disminuido".

Pero además del cannabis, las nuevas sustancias que aparecen continuamente en el mercado preocupan, aunque en España su consumo es "bajísimo" y se concentra en un grupo de policonsumidores de entre 25 a 35 años.

Para luchar de forma más eficaz contra estas sustancias que están irrumpiendo en el mercado, algunas de las cuales por ser tan nuevas aún no están fiscalizadas, el delegado aboga por revisar la ley española sobre estupefacientes, que data de 1967.

Babín cree que no tienen "las armas suficientes a nivel estatal" y que la ley de estupefacientes está "en bastantes aspectos ciertamente obsoleta", y por ello defiende que se elabore una nueva legislación en la próxima legislatura.