Constantemente nuestro cuerpo hace una serie de sonidos bien sean de manera forzada o de forma involuntaria, pero ¿sabemos interpretarlos? A continuación, os dejamos diez de los ruidos más comunes que suenan en nuestro interior

1. Flatulencias: Las personas suelen "ventosear" una vez cada hora más o menos, con lo que un adulto puede expulsar hasta dos litros de gases cada día. En la mayoría de los casos no tienen olor, pero algunas veces el sulfuro que contienen algunos alimentos (cebolla, ajo, productos lácteos) hacen que esos gases huelan bastante mal. Si además, liberas esos gases con fuertes ruidos, puede significar que padeces intolerancia a la lactosa.

Una solución para que esto no ocurra, es comer de manera pausada, sin prisas y con la boca cerrada. También evita alimentos como los procesados, los azúcares y las harinas.

2. Eructos: Eructar significa que has tragado demasiado aire y aunque no lo creas, son muy necesarios para nuestro cuerpo ya que, si no pudiéramos liberar los gases de esta manera, las paredes de los intestinos se podrían dilatar y terminarían perforados.

Para evitar que esto suceda, evita comer chicle, porque entra mucho aire en nuestro organismo, y las bebidas con gas ya que este elemento produce una gran cantidad de eructos.

3. Estornudos: Cuando las vías respiratorias están congestionadas, estornudar es una manera de despejar las vías nasales. Nuestro aparato respiratorio genera expulsiones violentas de aire comprimido. El problema, aunque remoto, es que dichas expulsiones de aire podrían provocar un paro cardíaco.

Es importante mantener las fosas nasales limpias con cualquier solución salina y en el caso de que estemos estornudando constantemente, deberíamos acudir al médico ya que quizás se trate de algo más que un simple constipado y pueda ser una alergia.

Los estornudos despejan las vías nasales mientras que roncar puede ser una señal de sobrepeso, comer o beber demasiado, entre otras causas. Fotos: Getty Images.

4. Ronquidos: La mitad de las personas roncan en alguna ocasión y el 25% de ellos lo hace de manera diaria, siendo más roncadores los hombres que las mujeres. Roncar es una señal de que comemos y bebemos demasiado y tener sobrepeso aumenta los ronquidos.

Para evitar estos molestos ruidos, y más si dormimos acompañados, deberíamos evitar el alcohol antes de dormir. Tampoco debemos ingerir las pastillas que ayudan a conciliar el sueño. Otra solución sería controlar nuestro peso. En cualquier caso tendríamos que acudir a un médico especialista para que nos determinase la causa y el tratamiento a seguir.

5. Hipo: El hipo se produce cuando los músculos que controlan el diafragma son estimulados, se activan, provocando el hipo. No hay una explicación clara sobre las causas de estos sonidos pero los especialistas creen que, en algunos casos, puede ser motivo de una úlcera estomacal o de problemas de corazón.

Se puede evitar el hipo reduciendo el consumo de bebidas alcohólicas y los alimentos. Si hemos pasado varios días con hipo y no podemos controlarlo, es importante acudir al gastroenterólogo.

6. Borborigmos: Se trata de los ruidos que hace nuestro estómago e intestinos. Significan que padecemos una buena salud ya que nuestro aparato digestivo está funcionando de manera correcta. También escuchamos estos sonidos cuando tenemos hambre porque el aparato digestivo no tiene comida.

En el caso de que estos sonidos fueran molestos y estuvieran acompañados de dolores, tendríamos que consultar a nuestro médico. También es importante comer de forma habitual.

7. Tronido de huesos: ¿a que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a tronarnos los dedos o las rodillas? Con ello lo que estamos haciendo es romper unas burbujas de nitrógeno que se crean en el fluido de las articulaciones.

En el caso de que no haya dolor y se produce de manera ocasional, se considera normal pero en el caso de que no fuese así, puede estar relacionado un alto nivel de estrés lo que hace que las articulaciones estén más tensas y por ello suenen más.

Los eructos o el zumbido en los oídos son señales que envía nuestro cuerpo. Fotos: Getty Images

8. Chasquido de mandíbula: Se trata de un trastorno de la articulación temporomandibular, que produce ese sonido cuando estás masticando y sin querer tu mandíbula suena constantemente. Puede que se trate de una mala mordida, de una postura incorrecta o de bruxismo.

Para tratar de evitar que se produzcan estos chasquidos, tendríamos que acudir al dentista y que nos revise si nuestra mandíbula se encuentra bien o por el contrario la tenemos torcida.

9. Zumbido en los oídos: Estos sonidos vienen de una fuente ajena a nuestro cuerpo y solo nosotros mismos los podemos escuchar. Entre las posibles causas pueden estar o bien una infección en el oído, exceso de cerilla, la enfermedad de Meniere o una lesión por sonidos fuertes que hemos estado recibiendo durante bastante tiempo.

Si no queremos que esto ocurra, deberíamos de evitar las bebidas con cafeína, alcohol y el tabaco. Lógicamente si sabemos que vamos a estar en un lugar con sonidos fuertes, tendremos que usar tapones.

10. Silbidos al respirar: Este sonido, al contrario de lo que pudiera parecer, puede ser el resultado de una buena salud. Normalmente se da cuando nuestra mucosidad está bastante seca lo que significa que las membranas nasales están haciendo de manera correcta su trabajo al captar la suciedad.

En el caso de que los mocos fueran de un color verde oscuro o de amarillo, sería necesario acudir al médico puesto que es posible que tengamos una infección.