Las relaciones de pareja se basan en la fidelidad y en la confianza mutua en la mayoría de los casos. En el mundo de los sentimientos una traición puede suponer el fin definitivo de la pareja.

Según estudios recientes, hombres y mujeres engañan por igual, pero las mujeres lo ocultan mejor aunque también suelen tener más problemas a la hora de confesarlo. Y ahí está la cuestión: ¿debes decir a tu pareja que has sido infiel?

Contar la infidelidad

Lo primero y más importante, ¿volverías a cometer el desliz? Si tu respuesta es sí, quizás deberías plantearte la relación, ser sincera con tu pareja y romper el noviazgo antes de volver a recurrir al engaño y hacer más daño. Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo dicen, y quien reincide tiene más papeletas de ser pillado.

La sinceridad te ayudará a acabar con una relación que, no lo neguemos, ya está en las últimas, y en la que, por el motivo que sea, tienes abundantes posibilidades de volver a recaer en el engaño, al que se suele recurrir, según expertos, para solucionar de manera inconscientes problemas o vacios existentes en la relación.

Otra de las razones por las que se suele ser honesto es cuando se sabe que finalmente la pareja lo comprenderá y no romperá la relación. Muchas personas prefieren contar lo ocurrido y ser sinceras a pesar del dolor que pueda ocasionar y darse así una segunda oportunidad. Es la opción más valiente tanto por la persona que confiesa, ya que demuestra el amor y respeto que siente hacia la relación, como para la persona que perdona, ya que debe abandonar los reproches y rencores que esta situación puede ocasionar para que la relación no se convierta en tóxica.

No contar la infidelidad

Si por el contrario, crees que aquella noche de pasión no fue más que un error y te arrepientes profundamente, quizá lo mejor es que dejes la boca cerrada para no estropear una relación en la que estás a gusto. Pero otra pregunta antes de tomar la decisión final: ¿podrás vivir con ese cargo de conciencia?

Si tomas la decisión de no confesar la infidelidad debe ser exclusivamente con la condición de no volver a repetir el hecho y no ir contándolo a los amigos y familia.