Dejar el tabaco es la meta de todo fumador concienciado con el riesgo que supone para su salud y la de quienes le rodean. En los últimos tiempos, este hábito ha sido el responsable de más de 50.000 muertes anuales en España, según el último informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con datos tomados desde 2010 hasta 2014. Y la tendencia se sostiene, según otros cálculos, como el presentado este mismo año por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de siete millones de fumadores o fallecen anualmente por las repercusiones en la salud de este hábito. Y se calcula que la mitad de los fumadores morirá por algún tipo de enfermedad relacionada con su consumo.

Fumar puede acabar originando bronquitis o enfisema, cáncer de pulmón, de garganta o de esófago, entre otros, además de enfermedades cardiovasculares.

Pero dejar el tabaco no es tarea fácil. Las sustancias adictivas que contiene son, en muchas ocasiones, un obstáculo insalvable. La nicotina tiene una capacidad adictiva cinco veces mayor que la cocaína, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Además, un cigarrillo contiene 3.500 productos tóxicos, como monóxido de carbono, acetona, naftalina, disolventes, cianuro y alquitrán.

En nuestro cuerpo, los pulmones absorben las toxinas del tabaco y pueden sufrir daños irreversibles. Pese a ello eso, en el proceso para dejar de fumar, que deberá ser supervisado por un médico, se pueden seguir algunos consejos para intentar mitigar el grado de afectación y limpiar estos órganos fundamentales para nuestra calidad de vida.

-Ejercicio físico. El deporte moderado es esencial si queremos seguir un estilo de vida saludable. En el caso de quienes estén intentando dejar de fumar, el ejercicio físico ayudará a trabajar a los sistemas respiratorio y cardiovascular.

-Hidratación. Beber líquidos, sobre todo agua, permitirá deshacerse de las toxinas que se han instalado en tu cuerpo a través del sudor y de la orina.

-Infusiones. Nuestros pulmones también agradecerán que tomemos infusiones de tomillo por sus propiedades expectorantes y antisépticas, así como las de hinojo, regaliz, ortigas o jengibre.

-AlimentaciónEl tabaco ha podido generar una mucosidad que dificulta en ocasiones respirar correctamente. Por eso, sin privarnos de ellos, es conveniente reducir los alimentos que la favorecen, al menos en un primer momento. Entre ellos están todos los lácteos o las carnes rojas y las grasas. Es mejor optar por frutas y verduras.

El ajo, si es machacado o cortado, también ayudará, gracias a la alicina, que en los pulmones actúa como bactericida. Los alimentos que contienen clorofila, por sus propiedades limpiadoras, o la piña, son otros dos aliados para unos pulmones más sanos. Y también lo son las manzanas.

El brócoli o el repollo completan una lista de alimentos saludables que ayudarán en el proceso de desintoxicación tras dejar de fumar o cuando estamos en el proceso de hacerlo.

-Vahos de eucalipto. Los remedios de los abuelos también funcionan. Hervir agua con hojas de eucalipto y respirar su vapor sobre el recipiente mientras nos cubrimos la cabeza con una toalla ayudará a despejar las vías respiratorias y expulsar las mucosidades que pueden aparecer por efecto del tabaco.