Estas entidades tienen su causa, generalmente, en un problema mecánico de la lengua. Son frecuentes pero pueden pasar inadvertidas para el paciente durante mucho tiempo. Durante el sueño la relajación de los músculos de la lengua hace que ésta se desplace hacia atrás, comprometiendo la vía aérea a nivel de la faringe. Este compromiso puede ser parcial. La vibración de los tejidos blandos (paladar, lengua), rozando entre sí, causa el ronquido. Si el compromiso es severo la vía aérea puede quedar completamente obstruida por el desplazamiento posterior lingual y durante unos segundos el sujeto queda sin aire que pase a los pulmones, con posterior despertar brusco. Nos encontramos ante el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS). Si los episodios de apnea se repiten a lo largo de la noche, con el tiempo el sujeto padecerá las consecuencias del sufrimiento cardiorrespiratorio y del insuficiente abastecimiento de oxígeno a los tejidos. Su pareja sufrirá el molesto ruido del ronquido nocturno.

Fuera de los casos de desviación del tabique nasal, pólipos o vegetaciones, el origen suele estar en la falta de tono de los músculos de la lengua, el aumento de peso y el estrechamiento de las arcadas dentarias. El ronquido provoca edema del paladar blando y la úvula (campanilla) que estrecha más los espacios aéreos.

El ronquido puede darse ocasionalmente en niños. El SAHS lo padecen el 6% de los hombres y el 2% de las mujeres (en España unos 2 millones de personas). A los 60 años el 50% de los individuos ronca (60% de hombres y 40% de mujeres). Actualmente solo está tratada el 10% de la población afectada.

Síntomas y signos

A) Derivados de la falta de sueño: cefalea matinal, somnolencia durante el día, cansancio, y riesgo de dormirse conduciendo o en cualquier otra parte.

B) Derivados del déficit de oxígeno en los tejidos y de la alteración de la homeostasis cardiorrespiratoria: hipertensión arterial, hipertensión pulmonar, riesgo de infarto de miocardio, ictus y diabetes, impotencia sexual, insuficiencia cardiaca, arritmias, alteraciones cognitivas y de la personalidad (pérdida de memoria como olvidos, dificultad para concentrarse, reducción de la capacidad intelectual, irritabilidad y depresión).

Tratamiento

-Tanto el tratamiento como la prevención pasan por atajar con medidas generales los factores etiológicos implicados. Entre ellos se realizarán ejercicio físico y dieta para evitar la hipotonía muscular y el aumento de la grasa visceral. La prevención pasa por el tratamiento de ortodoncia si fuera necesario, para ampliar el espacio de la lengua. También una buena higiene del sueño evitando, especialmente por la noche, el alcohol y los fármacos hipnóticos.

-Máquina de presión continua de aire en la vía aérea superior (CPAP). Son aparatos que precisan, durante toda la noche, de una mascarilla sobre el rostro conectada a un motor impulsor de aire para mantener permeable la vía aérea.

-Tratamiento quirúrgico: cirugía de las posibles anomalías de la vía aérea superior (tabique nasal, pólipos, etc.). Gastroplastia en obesidad mórbida. Traqueostomía en situaciones límite. Uvulopalatofaringoplastia y resección parcial de paladar para aumentar el espacio aéreo. Avance mandibular quirúrgico para lograr adelantar la lengua.

-Tratamiento farmacológico como alternativo y de resultado incierto (acetato de medroxiprogesterona, almitrina, teofilina).

-Dispositivos intraorales. Son aparatos removibles, colocados sobre los dientes, que provocan adelantamiento mandibular. Como consecuencia los espacios aéreos faríngeos se amplían en todos los segmentos evitándose el ronquido y en muchas ocasiones la apnea. También existen dispositivos intraorales que sujetan el paladar blando o la lengua.

Estos aparatos deben de estar realizados y controlados por dentistas especializados.