Los médicos sabemos que hay enfermedades que, como el río Guadiana, aparecen y desaparecen. Lo hacen así los tumores malignos que no conseguimos curar. Meses o años después de un tratamiento que no fue totalmente efectivo pueden reaparecer (decimos que han recidivado). La sífilis, si no se cura evoluciona en cuatro fases: la primera daña los genitales con exudados; si progresa pasa a la fase secundaria en la que, días o meses después, aparecen en el enfermo lesiones cutáneas y aumento del tamaño de los ganglios. Al no curar, en determinados enfermos, años después la sífilis daña la parte interna de la arteria aorta (fase tercera) y. en un porcentaje aún menor y muchos años después la enfermedad afectaba el sistema nervioso (tabes o parálisis general progresiva) y produce acumulo de lesiones llamadas gomas en varios órganos (sífilis cuaternaria).

Hoy quiero comentar algunas enfermedades que tienen ritmo estacional. Es el caso de determinadas alergias; por ejemplo a los pólenes de plantas (gramíneas) o determinados árboles (olivo). Las personas alérgicas a esas sustancias pueden vivir completamente bien el resto del año pero en la época de polinización, cuando esos pólenes se encuentran en el ambiente en una proporción elevada les causan molestias: estornudos, tos, lagrimeo o dificultad respiratoria.

Algunas enfermedades se agudizan en ciertas épocas o estaciones del año. Es bien conocido cómo los dolores de los ulcerosos se incrementan en la primavera o el otoño.

Existe igualmente una cierta relación climática con ciertas enfermedades. Sabemos que depresiones y los suicidios son más frecuentes en países del norte de Europa y en España, en Galicia mucho más que en Andalucía. Ese índice de suicidios se ha relacionado con una menor exposición solar, es decir, se da en personas que viven en países con luminosidad mas baja. Como luego veremos tal vez juega un papel una hormona la melatonina. Los suicidios aumentan en primavera y son mucho más frecuentes en hombres que en mujeres. Se piensa que la luminosidad de la primavera produce alteraciones en el ánimo de las personas que tienen trastorno bipolar (depresión y manía). Se deprimen en invierno, pero en esa época permanecen quietos e inhibidos, y la llegada de la primavera con más luz hace que mejore su ánimo y les hace llevar a cabo las ideas suicidas que antes tenían. Las mujeres tienen más depresiones y los hombres se suicidan más. También es cierto que la mujer lo intenta más veces y lo consigue menos.

La depresión predomina en otoño e invierno, se la califica de trastorno afectivo estacional y se ha descrito en un 4 a 5% de la población. Afecta más a las mujeres que a los hombres y entre 40 y 55 años. Las causas son desconocidas pero se relacionan con cambios hormonales en el organismo a consecuencia de la disminución de la luz solar. Al disminuir la luz aumenta la melatonina que sería la responsable de falta de interés, de las ganas de estar siempre durmiendo o de comer a todas horas. Aumentar la melatonina disminuye la serotonina y regula el estado de ánimo y los ciclos de sueño y vigilia. Niveles adecuados proporcionan calma, bienestar, buen humor y felicidad y ayudan a dormir bien. También disminuye la dopamina y favorece la pérdida de atención de concentración o el desinterés.

Alguien ha planteado que el despertar y levantarse de la cama puede ser peligroso. ¿Por qué? El 40% de los infartos de miocardio y el 40% de los accidentes vasculares cerebrales surgen cuando nos levantamos. El hallazgo podría ser misterioso, pero la explicación más probable es que durante la noche el cuerpo, en reposo, no está alerta, está relajado, en él predomina el sistema nervioso parasimpático o vago. Al despertar nos ponemos en estado de alerta, de actuar, de movilizarnos, etcétera. Ello coincide con un aumento de la actividad del sistema nervioso simpático. La sustancia responsable de esta respuesta es la adrenalina. Ella provoca que los latidos cardíacos sean más rápidos y que los vasos se estrechen. La consecuencia es que la tensión sube y el corazón tiene que esforzarse más para expulsar la sangre. Si tenemos un corazón que ya estaba algo dañado, (p.ej. si tenía arteriosclerosis en las coronarias), es más fácil que al levantarnos el infarto aparezca.

Y les comento algo que aunque muy conocido por el saber popular, su explicación científica no es tan clara. Me refiero a la aparición de dolores osteoarticulares, los que los padecen los llamados "reumáticos" precediendo o acompañando a los cambios del tiempo. Algunos de ellos presumen de ser meteorólogos y te dicen va a cambiar el tiempo porque "hoy me duele la rodilla". Y el caso es que en muchas ocasiones aciertan. Otra forma de ver la situación es cómo determinados "reumáticos" encuentran alivio a sus molestias osteoarticulares cuando cambian de clima y pasan a vivir en climas secos.

No se puede afirmar que el clima influya en la prevalencia de las causas que desencadenan las enfermedades reumáticas, pero el frío incide en el agravamiento de muchos de los síntomas de ellas. Un estudio reciente (Doctora I Strusberg, publicado en J. Reumatology relaciona el frío, la humedad y las altas presiones barométricas con los dolores articulares.

El organismo reacciona al frío contrayendo los músculos y favorecen la aparición del dolor. La humedad y especialmente los cambios barométricos de la presión atmosférica afectan a los fibroblastos y algunas terminaciones nerviosas agravando el cuadro clínico. Pero no hay estudios científicos que lo avalen. No está demostrado que la humedad causa más problemas reumáticos, ello a pesar que decimos expresiones como tengo el frío metido en los huesos.

También es curioso lo que sucede a ciertas personas que, cuando se exponen a la luz solar, inician una racha de varios estornudos seguidos. El estornudo es un mecanismo reflejos que el organismo pone en marcha para limpiar las fosas nasales. Se inicia con una inspiración profunda, a continuación se cierra la glotis y el aire sale acompañando al vaciado del pulmón (espiración). Lo hace a gran velocidad, de hasta 160 km por hora. El reflejo se llama estornudo fótico, se inicia por el estímulo luminoso sobre la retina que provoca la puesta en marcha del reflejo. Es hereditario y se ha señalado hasta en un 15-25% de las personas. Se estima que puede ser una especie de "cruce de cables" entre dos nervios que transitan muy cerca. El que detecta el estímulo luminoso el nervio óptico y el que provoca el reflejo estornutatorio.

Confío que estos comentarios hayan atraído su atención porque son cuanto menos curiosos.