¿Blogger o BloggerWordpressÉsta es la primera gran pregunta que afronta un aficionado a la web que se ha animado a construir un sitio propio. Pero ojo, los blogueros en ciernes no sólo tienen estas alternativas de alojamiento gratuito. Otras opciones, como el clásico Posterous, son también válidas si lo que se pretende es montar una página en internet. Servicios que cobran por un dominio (la dirección electrónica) o el hosting (espacio para subir y publicar contenidos) también han puesto en oferta sus propios sistemas para webmasters aficionados. Tanto si se es periodista amateur, internauta contumaz o incluso una pequeña empresa que necesita un sitio corporativo, el mapa de servicios en la red es cada vez más amplio, con más posibilidades estéticas y funciones que se adaptan a los nuevos dispositivos portátiles.

El hospedaje

Para entrar con una página propia en internet se puede recurrir a varios servicios gratuitos. Blogger, el que impulsa Google, abre esta puerta a sus usuarios, a cambio de un dominio terminado en blogspot.com. Wordpress es el otro gigante del mercado (dirección wordpress.org). Basta darse de alta, elegir un nombre para el blog y comenzar a diseñarlo gracias a interfaces intuitivas y gráficas, que si bien no permiten florituras al modo profesional, sí prestan valiosas funciones para el usuario: desde elegir y manipular en cierto grado una plantilla hasta colocar widgets básicos (enlaces relacionados, un archivo de la bitácora, imágenes y otros complementos).

Ojo, hay más alternativas. Posterous, un hospedaje clásico que llegó a ser adquirido por Twitter, sigue en activo para ofrecer la posibilidad de montar páginas en un formato elemental, pero muy útil. Y el siempre atractivo Tumblr ejerce de microblogging con mucha popularidad entre diseñadores, blogueras de moda o amantes de las artes gráficas, entre otros. Es una suerte de híbrido entre Twitter y Blogger, algo más sofisticado y con menos maniobrabilidad, pero que gana adeptos cada día. La plataforma chilena Bligoo es otra interesante opción para evaluar: como otras, también tiene su propia red de usuarios, y se promociona como un servicio con más espacio disponible.

Almacenamiento

En estos hostings, el almacenamiento de los archivos que subamos para las entradas de nuestro blog tiene un límite, a partir del cual hay que pagar por los megas. El espacio vale dinero. Se entra ya en el ámbito de los alojamientos que tienden al ámbito profesional. Con todo, hasta llegar a este punto hay margen y recursos de sobra para conseguir montar un sitio propio, sin necesidad de preocuparse por lo grande que es el cajón que nos asignan.

Contenidos

No es preciso complicarse la vida con un diseño demasiado complejo, dentro de las plantillas predefinidas de los diferentes servicios. La primera cuestión debe ser la de: ¿qué queremos comunicar? No es lo mismo perfilar una página a modo de diario personal que una agenda de eventos o un blog deportivo. Hay complementos que a veces vienen bien (un calendario, por ejemplo), y en otras resultan superfluos. Pero hay un detalle que no debe faltar: la opción de compartir los textos en diferentes redes sociales. Incluso es recomendable que el autor abra perfiles de su web en Facebook, Twitter y demás alternativas que considere convenientes, con el objeto de ampliar su difusión.

Dispositivos móviles

Los alojamientos gratuitos también prestan un servicio a considerar hoy en día: muchos incorporan una plantilla complementaria, que es la que otros lectores ven cuando entran en la página a través de su smartphone o su tablet. La proliferación de estos dispositivos, que marcarán la pauta en la web en años sucesivos, también afecta a cómo concebimos una página web. Un sitio al modo convencional, sin el añadido del llamado 2.0 (las redes sociales) o sin versatilidad en móviles y tabletas tiene hoy poca proyección de futuro.