Las aplicaciones ('apps') para móviles son ya tan imprescindibles para los médicos como el fonendoscopio en el pasado, y más de la mitad de ellos las usa incluso a pie de cama para funciones, como acceso a todo tipo de datos, evaluación de escalas de gravedad o cálculo de dosis e interacciones de fármacos.

"Del mismo modo que antiguamente el doctor volvía a casa si se había olvidado su fonendoscopio para escuchar el corazón, ahora los médicos regresan si salen sin su teléfono móvil, porque lo necesitan para trabajar; y además, la tendencia aumenta de forma exponencial".

Así lo ha explicado, en una entrevista con EFEfuturo, el doctor Sergio Vañó, coordinador del Grupo de Innovación en Tecnologías Médicas Hospital Ramón y Cajal (Madrid), que es además responsable médico de una aplicación dermatológica pionera en España, 'Dermomap', ganadora del premio Ideas Sanitarias de Sanitas a la mejor aplicación móvil de salud.

Entre las grandes ventajas del uso de las aplicaciones, destacan la sencillez, la rapidez y la portabilidad, según Vañó, quien tiene previsto participar mañana en una jornada que se celebra en Madrid sobre comunicación y emprendimiento en eSalud, junto con otros expertos en tecnologías médicas.

En la jornada, organizada por la agencia de comunicación COM Salud, la asociación TICBioMed y la agencia de desarrollo económico del ayuntamiento de Madrid, Madrid Emprende, junto con AgoraNews, se hablará también de telemedicina, historias clínicas digitalizadas, receta electrónica, monitorización de la gestión sanitaria, gamificación (juegos virtuales para educar en salud) o salud 2.0.

Según el dermatólogo Vañó, las aplicaciones móviles han sustituido al clásico vademécum o manual físico con el listado de todos los medicamentos; además, los estudios revelan que el paciente no ve mal que el profesional corrobore datos médicos delante de ellos con el teléfono móvil, siempre que eso redunde en un mejor servicio.

La medicina está viviendo una "auténtica revolución" con la irrupción de las aplicaciones móviles, mucho mayor incluso que la que supuso en su día internet.

Según un estudio de BCC Research del pasado abril, el mercado total de las tecnologías de la información aplicadas a la salud superó los 7.300 millones de euros en 2011, y fue casi 8.700 millones en 2012.

Para 2017 se prevé que el mercado supere los 20.000 millones de euros, con una tasa de crecimiento anual del 18,5 % en los próximos cinco años.

Las aplicaciones proliferan en todos los ámbitos de la medicina, y las hay para todos los gustos: con información sobre las fases del embarazo, consejos pediátricos, consejos sobre distintas enfermedades, actividades formativas, guías clínicas, actualización bibliográfica, acceso a revistas especializadas, etc.

Estas aplicaciones no sólo las usan los médicos sino también otros profesionales del sector como los enfermeros, y además los pacientes, que acuden fácilmente a ellas para buscar datos sobre enfermedades.

Uno de los problemas que persiste, al menos en España, es la falta de regulación de los contenidos que se distribuyen en internet sobre medicina; muchas veces no son fiables los datos desde el punto de vista científico, y eso debería resolverse pronto, ha añadido.

Pese a que la tecnología ayuda sin lugar a dudas a mejorar la salud, ello no debe ser motivo para evitar las consultas al médico, que son imprescindibles para el diagnóstico correcto.