Si las investigaciones e innovaciones en el campo tecnológico influyen y cambian el modo de ver la vida y la forma en la que la vivimos, en cuanto a procedimientos y facilidades, no es de extrañar que también toque y de lleno el ámbito estético, ya que los inventos no sólo tienen que ser útiles y versátiles en su uso, sino también estéticamente agradables. Y por este motivo y porque los cascos de ciclistas no siempre sientan bien, ni son siempre visualmente atractivos y, además, hay gustos para todo, dos estudiantes de diseño han hallado una solución peculiar.

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