Padres, tíos, primos...todos nos lanzamos a hacerles fotos a hijos, sobrinos y primitos, a esas criaturas maravillosas que para nosotros son las más guapas, majas y las que hacen las gracias más desternillantes del mundo mundial -que se nos cae la baba, vamos-. Cualquier gesto nuevo, cualquier palabra nueva, todo nos parece motivo para compartirlo con los demás.

La moda de las redes sociales ha hecho que queramos compartirlo también con el resto del mundo, con esos amigos y no tan amigos que tenemos en Facebook, Twitter o Instagram, porque ¡cómo van a dejar de ver la monada de hijo que tenemos! Pero, paremos un momento. ¿Alguien ha pensado en la privacidad del niño? ¿Alguien le ha preguntado a él si quiere que no se cuánta gente le vea la cara en las redes sociales antes incluso de cumplir la mayoría de edad?

He aquí un grave problema. Los padres publican en sus redes sociales fotos de sus hijos menores de edad sin haberle pedido permiso previamente. Y lo peor, no son conscientes de que esas fotos dejan de ser privadas para convertirse en públicas; dejan de tener los derechos sobre ellas para cedérselos a Instagram o a Facebook.

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Uno de los desafíos del siglo siglo XXI es, según algunos expertos, lo que muchos denominan el 'sharenting', un término nuevo que ha nacido para denominar la moda de padres que comparten fotos de sus hijos en las redes. "Como defensores de los derechos infantiles, creemos que los niños deben tener voz, si es posible, sobre lo que se comparte acerca de ellos", ha asegurado el profesor con competencias jurídicas en la Universidad de Florida, Stacey Steinberg, en una reunión de la Academia Americana de Pediatría que tuvo lugar este mes de octubre.

Los pediatras son cada vez más conscientes de la importancia de proteger la presencia y reputación digital de los niños ya que es fundamental que las imágenes de los más pequeños no lleguen a sitios de pornografía infantil o que su identidad no sea 'secuestrada'.

Hay que tener en cuenta que muchos mayores, además, no saben usar correctamente las redes sociales. Desconocen, por ejemplo, cómo se configura la privacidad de sus cuentas y por lo tanto esas fotografías pueden estar siendo vistas por personas que ni ellos mismos conocen a ciencia cierta. Y es que muchas veces tenemos "amigos" que no son tal y que no tienen por qué saber cada paso de nuestras vida. Por eso si quisiéramos colgar alguna foto con nuestros hijos nunca deberíamos mostrar sus caras, aseguran los expertos.

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Tanto el profesor Steinberg como el profesor asistente de pediatría en la Universidad de Florida, Bahareh Keith, afirman que probablemente la mayoría de los niños que se ven expuestos por sus padres en la redes nunca experimentarán problemas relacionados con la acción de sus progenitores, pero aún así estos deberían ser conscientes del derecho a la privacidad de sus hijos.

Acciones de países

Algunos países como Francia han empezado a tomar consciencia del problema. Nuestros vecinos franceses han aprobado una normativa por la cual se podrán imponer multas de hasta 45.000 euros a los padres e incluso un año de prisión por publicar fotos íntimas de los hijos sin su consentimiento. De acuerdo con el experto galo en redes sociales, Eric Delcroix, "en pocos años, los menores podrán llevar a sus padres a juicio por publicar fotos de cuando eran más jóvenes".

La Academia Americana de Pediatría, en cambio, ofrece pautas a los padres sobre cómo utilizar contenido relacionado con sus hijos en las redes sociales, pero su recomendación es clara, evitar publicar fotos de menores en medios sociales, evitar el fenómeno 'sharenting', también conocido como 'oversharing'.

En nuestra Constitución se garantiza el 'el derecho a la propia imagen'. El Tribunal Supremo se pronunció recientemente sobre el derecho a la propia imagen de los menores, mediante Sentencia, con fecha 30 de junio de 2015. En ella se deja claro que los dos progenitores podrán publicar fotos en redes sociales si ambos están de acuerdo y dan su consentimiento.

No obstante se apela al sentido común y a actuar con responsabilidad para proteger la imagen de sus hijos, evitando una sobreexposición de los menores. La decisión, por lo tanto, de colgar una foto de los hijos en una red social pertenece a la esfera de la patria potestad, que en la mayoría de los casos comparten ambos progenitores, estén casados, sean pareja de hecho, separados o divorciados. Una vez que el menor cumple los 14 años, es este y no sus padres el que debe dar su consentimiento.

Qué compartir y cómo

Los padres deben ser conscientes de los riesgos que existen en la Red y por lo tanto de lo que implica publicar fotos de los hijos en sus redes sociales, exponerlos de esa manera. Los profesores Stacey Steinberg y Bahareh Keith aconsejan, entre otras medidas, conocer las políticas de privacidad de los sitios en los que van a subir las fotografías y configurar notificaciones utilizando Alertas de Google y Alertas Talkwalker para estar al tanto cuando los motores de búsqueda usen los nombres de sus hijos. Sin duda, una recomendación importantísima es evitar publicar o compartir la fotografía acompañada de la ubicación.

La Asociación Profesional Española de la Privacidad (APEP) ofrece recomendaciones básicas de privacidad y seguridad por parte de los menores y sus tutores, una Guía de Menores APEP para padres y educadores y alerta a los poderes públicos sobre la necesidad de regular determinados aspectos relacionados con el menor.

Lo que está claro es que como padres queremos lo mejor para nuestros hijos; debemos ser responsables y actuar con sentido común. Las redes sociales inevitablemente forman parte de nuestras vidas pero, según los expertos, una sobreexposición de nuestros hijos, no es lo más adecuado para ellos. Evitemos las nuevas modas.