Hijos de Rivera y Estrella Galicia: tradición en cada caña
De las viejas naves de Cuatro Caminos a la vanguardia tecnológica en Morás. Una historia de tradición y crecimiento que refleja cómo Estrella Galicia ha evolucionado sin perder su identidad gallega y su conexión con la ciudad

Vista aérea de la nueva planta de Estrella Galicia en Morás. / LOC
El aroma a malta se mezclaba hace un siglo con el bullicio del barrio de Cuatro Caminos. La vieja fábrica de Hijos de Rivera ocupaba un lugar central en la vida industrial de A Coruña, un espacio donde el ritmo de la producción marcaba también la rutina de la ciudad. La fábrica no solo era un motor económico, sino un referente en la memoria colectiva de quienes crecieron junto a ella.
En 1972, esa huella física se trasladó al polígono de Agrela y ahora, a Morás, en Arteixo. La nueva factoría refleja una evolución industrial y tecnológica significativa: mayores dimensiones, automatización y eficiencia energética. Este cambio simboliza la transición de una empresa local a una con proyección internacional, capaz de competir en nuevos mercados sin perder su esencia.
Hijos de Rivera nació como una cervecera familiar que, con el tiempo, consolidó Estrella Galicia como una marca reconocida en toda la comunidad. Hace 25 años, la firma se concentraba en el mercado regional, con procesos de producción que requerían un fuerte componente manual y una logística limitada. La expansión a nuevos territorios se realizó de forma gradual, respetando los estándares de calidad y la identidad de la marca.
La inauguración de la fábrica de Morás representa un salto cualitativo y cuantitativo. No se trata solo de aumentar la capacidad de producción, sino de incorporar tecnología que optimiza recursos y procesos, al tiempo que preserva la calidad que caracteriza a su cerveza. La nueva instalación se perfila como un nodo estratégico que permitirá atender la demanda internacional y fortalecer la presencia en España, sin perder el vínculo con sus raíces coruñesas.

Nueva fábrica de cerveza de Hijos de Rivera en el polígono de Morás. / Casteleiro
Morás marca un antes y un después. Cuatro Caminos quedaba integrado en la ciudad, con su presencia moldeando la vida urbana y económica del entorno.
La memoria de esa fábrica permanece en la arquitectura del barrio y en la historia industrial de A Coruña. La planta de Agrela significó el despegue. De ser una cervecera local a ser internacional, pero sin perder el espíritu que se respira en la compañía: «no queremos ser la más vendida, sino la más amada». Es un mantra que repiten desde la multinacional.
La nueva fábrica, en cambio, ofrece un escenario distinto: espacios amplios y soluciones que permiten una producción eficiente y sostenible. Todo ello para hacer a Hijos de Rivera aún más grande. La instalación incorpora tecnologías de automatización, control de procesos, criterios de sostenibilidad y eficiencia energética, lo que refleja un enfoque de futuro que combina crecimiento con respeto por el medio ambiente.
La historia de Estrella Galicia une pasado y futuro. La nueva fábrica en Morás simboliza expansión y modernidad sin romper con la tradición coruñesa que marcó sus primeros pasos hace un siglo
Su diseño permite optimizar recursos, reducir emisiones y mejorar la eficiencia hídrica, alineándose con estándares internacionales sin comprometer la tradición del producto.
Fiel a su identidad
Uno de los desafíos de la empresa ha sido crecer sin renunciar a su identidad. La historia de Estrella Galicia muestra cómo la tradición puede coexistir con la innovación. Los procesos modernos en Morás respetan la receta original —hasta disponen de la misma agua que la de Agrela para que no haya ni un pequeño cambio en su sabor— y los estándares de calidad que la marca ha mantenido durante más de un siglo.

Instalaciones de la nueva fábrica en Morás / Casteleiro / Roller Agencia
A nivel económico y social, la nueva fábrica supone un impulso para toda la zona: generación de empleo, atracción de talento y consolidación de la cadena de suministro local. Además, refuerza el papel de A Coruña y su área metropolitana como referentes industriales en la comunidad.
Aunque la actividad productiva se ha desplazado, la presencia de Estrella Galicia sigue formando parte de la vida coruñesa. La marca mantiene su vínculo con la ciudad a través de eventos culturales, patrocinios y apoyo a iniciativas locales. La cerveza es un elemento presente en bares, restaurantes y terrazas, que consolida su papel en la vida cotidiana.
El barrio de Cuatro Caminos sigue evocando recuerdos de aquella etapa industrial: sus calles, antiguas naves y la memoria colectiva de la ciudad actúan como un hilo invisible que conecta generaciones, desde quienes trabajaron en la fábrica hasta quienes crecieron observando su actividad diaria. Esa continuidad entre pasado y presente es parte del valor histórico de la marca, que ha logrado transformar la nostalgia en patrimonio cultural.
El recorrido de la firma refleja también un compromiso con A Coruña. La expansión internacional no implica desvinculación, sino proyección. Los productos continúan fabricándose con materia prima local y respetando procesos que garantizan la calidad y el sabor característico. La marca actúa como embajadora de la cultura gallega en mercados externos y se convierte en un ejemplo de cómo la identidad regional puede coexistir con la globalización.
La cerveza, más allá de su valor económico, funciona como un elemento de identidad colectiva. La presencia de Estrella Galicia en ferias, festivales y eventos culturales refuerza un sentimiento de pertenencia y orgullo por la ciudad y la comunidad.
La transición de los procesos manuales de Cuatro Caminos a la tecnología de Morás refleja un enfoque integral: crecimiento, preservación de la calidad y respeto por la historia industrial de la compañía, que demuestra que es posible expandirse y modernizarse sin perder los valores que la hicieron reconocida.
Además, Morás se plantea como un espacio de investigación y mejora continua. La instalación permite experimentar con nuevos procesos y envases, evaluar el uso eficiente de materias primas y desarrollar soluciones que reduzcan la huella ambiental. Esto convierte a la fábrica en un ejemplo de innovación industrial sostenible en la comunidad.
La expansión permite que Estrella Galicia se consolide en mercados internacionales. Su crecimiento está acompañado por la estrategia de mantener estándares de producción consistentes, que garantizan que la calidad percibida aquí se reproduzca en cualquier lugar del mundo. Esto refuerza la percepción de la marca como símbolo de identidad gallega y producto de excelencia.
Más allá de la producción, Estrella Galicia mantiene un vínculo con la comunidad local. La historia de la marca se entrelaza con la ciudad: desde los días en Cuatro Caminos hasta la fábrica de Agrela pasando por la inauguración de Morás, la multinacional sigue siendo parte de la memoria colectiva coruñesa. Su presencia contribuye a la economía local, genera empleo y mantiene una relación cercana con proveedores y consumidores.
El impacto social no solo se mide en puestos de trabajo, sino también en el fortalecimiento de la industria auxiliar y en la proyección de A Coruña como ciudad de referencia en producción cervecera y logística industrial.
La historia de Hijos de Rivera y Estrella Galicia es la de una empresa que ha sabido evolucionar sin perder su esencia. La transición de la antigua fábrica de
Cuatro Caminos, después a la de Agrela y ahora a la moderna instalación de Morás simboliza un equilibrio entre tradición e innovación, entre pasado y futuro. La compañía continúa siendo un referente de identidad gallega y un ejemplo de cómo la industria local puede proyectarse con éxito a nivel internacional.
El aroma a malta, presente hace un siglo en las calles de A Coruña, ahora se reproduce a mayor escala, con procesos modernizados y sostenibles. Pero la memoria de la ciudad sigue ligada a la cerveza que nació en sus naves, y la conexión entre tradición, comunidad y modernidad permanece intacta, lo que supone un ejemplo de crecimiento responsable y orgullosamente gallego.
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