Era un sueño. El de casi toda una vida. Carlos Arévalo llevaba muchos años persiguiéndolo y lo había sacrificado casi todo por ello. Con momentos malos, incluso muy malos. Pero de todo supo resurgir para llegar hasta lo que le tenía reservado el destino: la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. El palista coruñés se ganó por derecho propio un puesto en el K4 500 metros español que era uno de los favoritos indiscutibles al podio. Y en la capital japonesa, junto a sus compañeros Saúl Craviotto, Rodrigo Germade y Marcus Cooper, no defraudó con la segunda posición, solo superados por la gran potencia de Alemania. Bombas al cielo en Betanzos. Había nacido un nuevo héroe.
Arévalo había estado a las puertas de acudir a los Juegos de Río, pero una polémica decisión le dejó fuera ya en la recta final. A la decepción evidente en los siguientes meses la superó con un cambio de vida. Se alistó en el Ejército. Siguió entrenando, a veces incluso por su cuenta. En 2019 aprovechó su oportunidad cuando quedó un asiento libre en el K4 y se proclamó subcampeón del mundo. Y en los selectivos para los Juegos fue el mejor de los seis grandes aspirantes de la selección española, lo que le dio un billete en dos pruebas: K1 200, en la que terminó quinto -sin haberla preparado- y el K4 500 con la extraordinaria plata.
Cada cuatro años, el mundo del deporte centra todas las miradas en los Juegos Olímpicos. Pero también el coronavirus pudo con ellos en 2020. En verano de 2021, con un año de retraso, se celebraron los de Tokio en los que hubo cuádruple representación coruñesa. Además del betanceiro, compitieron el boxeador Enmanuel Reyes, la skater Julia Benedetti y el nadador Jacobo Garrido, en su caso en los Paralímpicos. A Coruña tuvo representación de otros tipos, con entrenadores, jueces y médicos. Es el caso de Jano Tono, preparador de vela y que llevó al canario Joel Rodríguez, que participó en láser. De Dolores Rojas, jueza internacional de marcha que en Tokio vivió sus terceros Juegos. Y de Rafael Arriaza, médico de la expedición de kárate -que regresó con un oro y una plata- y uno de los responsables de este deporte, que se estrenaba en los Juegos, a nivel internacional.
Los de Tokio también una cita histórica para Galicia. A la plata de Carlos Arévalo sumó la de Rodrigo Germande, compañero del coruñés en el K2. En piragüismo también llegó la esperada medalla de Teresa Portela, que ya con 39 años y en sus sextos Juegos se quitó con una plata en K1 200 metros la espina que le había dejado a las puertas del podio en varias ocasiones. Subcampeón también se proclamó el portero Iván Villar con la selección española de fútbol mientras que el guardameta Rodrigo Corrales con la de balonmano se colgó el bronce. Mismo metal que correspondió a Ana Peleteiro en triple salto y al regatista Nico Rodríguez en la clase 470. En vela Támara Echegoyen (49er FX) y Iago López (49er) fueron cuartos mientras que Adrián Ben en 800 metros (atletismo) y Antía Jácome (piragüismo) fueron quintos. Un botín extraordinario.
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Jacobo Garrido, tres diplomas paralímpicos
Jacobo Garrido debutó con 19 años en los Juegos Paralímpicos de Tokio, de donde regresó con tres diplomas. El nadador coruñés fue quinto en la final de 400 libres en la clase S9, sin poder acceder a las medallas -es el vigente campeón del mundo de la distancia- pero estas estaban muy caras. También logró dos puestos de finalista en los relevos con la selección española. Una buena manera de empezar una carrera que seguramente le lleve en más ocasiones a la cita por excelencia del deporte. París 2024 es, de hecho, su nuevo objetivo a largo plazo y terminó el año clasificándose para el Mundial.
Enmanuel Reyes y el combate de la polémica
Los combates de Enmanuel Reyes en los Juegos Olímpicos levantaron muchísima expectación, sobre todo el de cuartos de final contra el cubano Julio la Cruz. Frente a frente, dos púgiles nacidos en el mismo suelo, pero uno emigrado en busca de oportunidades y que un largo periplo vital trajo hasta A Coruña; y el otro, representante del castrismo. Desde uno y otro bando se politizó la pelea, que además terminó con una polémica decisión de los jueces en favor de La Cruz, lo que dejó al boxeador del PlanasBox, conocido como El Profeta de Monte Alto, sin el premio de las medallas.
Debut histórico de Julia Benedetti
El skate debutaba en Tokio en el programa de los Juegos Olímpicos. Y una de las elegidas para ese estreno histórico fue la coruñesa Julia Benedetti. Con 16 años, la skater participó durante los dos años previos en los distintos torneos de clasificación para ser una de las dieciséis en lograr el billete. El COVID se interpuso en su camino, pero finalmente en Des Moines logró el objetivo de reunir los puntos suficientes para tomar parte en la capital japonesa en la modalidad de park. Fue la primera española clasificada en skate. En Tokio, una caída le impidió acercarse a la final y acabó decimocuarta.
