[endif]Ciertamente hay múltiples formas de iniciarse en el mundo de la pintura, aunque seguro que ninguna tan peculiar como la de la decoración del popular Globo de Betanzos. Así empezó su trayectoria artística José Seijo Rubio, un madrileño cuyo padre gallego le trajo ya de niño a la Ciudad de los Caballeros. La familia Seijo se estableció en A Coruña en 1897, cuando el artista contaba con 16 años. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios y posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Llegó a ser catedrático de Dibujo y Caligrafía en el Instituto coruñés, en la Escuela Normal y en la de Comercio y desarrolló una intensa actividad como pintor a lo largo de su vida. El tema de sus obras fue el paisaje y las costumbres populares gallegas, que plasmó en más de un millar de cuadros. Su producción está repartida por museos y colecciones de numerosos países y está considerado como uno de los artistas que mejor reflejó a la tierra gallega. Otra de las actuaciones más sobresalientes de José Seijo fue su colaboración en la creación del Museo Provincial de Bellas Artes de A Coruña, que se inauguró en 1947. El pintor contó en esta tarea con la colaboración de sus amigos Fernando Álvarez de Sotomayor y Ángel del Castillo. Seijo fue nombrado primer director del museo y ocupó este cargo hasta su fallecimiento en el año 1970. Su amor por la cultura gallega le permitió reunir una amplia colección de vestuario tradicional de la comunidad que se exhibió en la Exposición del Traje Regional que se celebró en Madrid en 1926. Otra de las iniciativas en las que participó fue la creación de la Asociación de Artistas, de la que fue presidente en varias ocasiones. Sus méritos fueron reconocidos en Betanzos, que le nombró Hijo Adoptivo, y por la provincia y la ciudad de A Coruña, cuyas instituciones también le distinguieron con este título. El Ayuntamiento también le dedicó una calle en el barrio de A Gaiteira . / J. M. G.