[endif]El propio Menéndez Pidal señaló al final de su vida que el hecho de haber nacido junto a la Colegiata de Santa María del Campo quizás había sido una premonición sobre su futura dedicación a los estudios medievales. La obra de este coruñés se convirtió en una de las de mayor valor en la cultura española de todos los tiempos gracias su rigor en la investigación y a la profundidad de sus conclusiones. Ramón Menéndez Pidal nació en 1869 y se trasladó a Madrid en 1880. En esa ciudad estudió Filosofía y Letras y ocupó la cátedra de Filología Comparada Latina y Española en la Universidad. Ya en 1902 había ingresado en la Real Academia Española de la Lengua, de la que presidente entre los años 1925 y 1939 y desde 1947 hasta su fallecimiento en 1968. La labor de Menéndez Pidal alcanza un mayor relieve al comprobar la falta de tradición y de medios en la investigación española de su tiempo. Su inquietud le llevó a promover los primeros organismos de apoyo a los investigadores que surgieron en nuestro país, entre los cuales se encontraba el Centro de Estudios Históricos. En esa institución participaron algunos de los más destacados intelectuales españoles de la época, que colaboraron con Menéndez Pidal en la tarea de elaborar una historia del lenguaje castellano. El coruñés se especializó en la producción literaria de la era medieval, con los cantares épicos, la poesía de los juglares y las leyendas populares. A esto unió sus estudios sobre esta etapa de la historia española. Su tesón investigador le llevó a elaborar una monumental Historia de España de la que publicó 30 volúmenes y que no pudo concluir. A pesar de que residió habitualmente en Madrid, nunca perdió el contacto con Galicia. Fue el responsable de que el idioma gallego fuese calificado como lengua y no como dialecto en el Diccionario de la Academia y abordó numerosos temas relacionados con Galicia en sus obras, por lo que la Real Academia Galega le nombró académico de honor. / J. M. Gutiérrez