[endif]Las defensas de la ciudad, derribadas a mediados del siglo XIX constaban de dos líneas de murallas, la primera de las cuales rodeaba el perímetro de la Ciudad Vieja. La segunda muralla recorría el frente costero entre Puerta Real y Os Pelamios para luego dirigirse hacia el Campo de la Estrada y descender desde allí hasta la bahía. En medio de las dos murallas quedaba la iglesia y el convento de San Francisco, construido fuera del núcleo urbano porque las ordenanzas reales impedían edificar a los monjes y a los nobles en el interior de las ciudades dependientes de la Corona. Fue precisamente en las proximidades del cenobio franciscano donde en 1774 se levantó el Almacén de Pertrechos de Artillería, en el que también se instaló la Maestranza. Esta instalación militar surgió al mismo tiempo que los primeros cuarteles coruñeses, ante la necesidad de dotar al Ejército de edificios propios en la ciudad, ya que hasta el siglo XVIII las tropas debían ocupar las viviendas de los coruñeses, con los inconvenientes que esto provocaba. La Maestranza se ocupaba de la fabricación y reparación de las piezas de artillería utilizadas por los soldados acantonados en la plaza, que contó con una importante guarnición como consecuencia de ser la sede de la Capitanía General de Galicia. El edificio que dio nombre a la calle en la que se instaló tiene forma de pentágono irregular y sus dependencias se extendían hasta la iglesia de San Francisco, que fue trasladada a Santa Margarita en el año 1965. La reestructuración militar efectuada en A Coruña a mediados de los años ochenta hizo que la vieja Maestranza quedase desocupada. La recién creada Universidad coruñesa aprovechó la ocasión para ubicar en este inmueble su rectorado, para lo que acometió una reforma que mantuvo la estructura exterior de la antigua instalación castrense intacta. La calle Maestranza conserva aún un tramo de la muralla de la Ciudad Vieja y de su puerta de Santa Bárbara, denominada así por su proximidad al convento de las Bárbaras. J. M. Gutiérrez