El mundo ya se había detenido cuando te conocí, pero ahora circula sin mí.
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Tengo las cosas tan claras que nunca llego a la yema.
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Resulta milagroso que aprender a leer y escribir produzca un número tan elevado de analfabetos.
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Quien colecciona afectos y quien no es capaz de cosechar alguno padecen el mismo deseo: el de ser deseados.
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En medio de todo esto me siento tan perdido como ese pobre cocodrilo.
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Los pies de punta y los nervios de pie: ese es el secreto del ballet.
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El cuarto poder se ha encerrado en un cuarto… cada vez más oscuro.
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La vida es eso que no nos queda más remedio que reconocer.
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Hace años se decidió definitivamente a matar a alguien, pero no encontró sitio donde aparcar.
