No te preocupes: siempre habrá algún motivo para no poder dormir.
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Me temo que no podrás acusarme de lo que más detesto (nadar y guardar la ropa), pues me mantienes a kilómetros de distancia del agua.
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Quizá haya llegado ese temido verano en que ya no veamos más fotografías de glorias en bikini ni rufianes en bañador.
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Todo lo que promete decepciona; todo lo que decepciona promete.
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No creo en “darlo todo”, sino en sentir lo que hago, aunque esa conjunción suele ocurrir cuando nadie está mirando.
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No soy el primero que se dedica a ser el último.
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Me gustaría decirte que vengo de muy lejos, pero tan sólo acabo de cerrar la puerta de casa.
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Necesito unas vacaciones para trabajar en condiciones.
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La soledad no es más que un pulso sin contrincante.