A veces tengo la sana costumbre de preguntarme cuál es mi sana costumbre, porque no la recuerdo.
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El día comenzado fatal. Tranquilo: todavía puedes cortarte durante el afeitado.
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Al aire libre nadie te libra del aire.
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Me gusta dormir para ti.
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Las peores manipulaciones son las que se hacen sin las manos.
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Algunos llegan a tal grado de engreimiento que en el fondo piensan que, cuando todo se acabe, seguirán aquí.
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El pueblo (incluso) unido jamás será vengado.
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- Creo que la noche no se pierde nada cuando me quedo en casa.
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La primera y más elemental lección de la educación sentimental del siglo XXI debería enseñarnos a renunciar a todo deseo en el mismo instante en que éste se despierta en nosotros.
