La cultura norteamericana puede presumir de haber intentado inculcarnos que el acto más elevado del que es capaz el ser humano consiste en abrir la nevera al llegar a casa.

***

¿Dónde estarán las palabras que no se pronuncian? Llévame con ellas.

***

No hay nada como abrir una cerveza para saber que no hay nada.

***

He perdido demasiado tiempo haciendo la maleta.

***

Me temo que no hemos pensado en el césped más que para limpiarnos los zapatos.

***

Ahora nada me resulta más dulce que recordar la tortura de ser niño y estar enamorado de alguna jovencita para la que yo no existía.

***

No tengo tiempo para desistir.

***

Mis frases me persiguen. Voy a denunciarlas.

***

Los amantes aspiran a aprenderse el uno al otro de memoria pero, por regla general, nunca da tiempo a impartir las últimas lecciones de un curso.