¿Sabes esa sensación de que el corazón se te va a salir de la boca cuando buscas tu móvil, no lo encuentras, y resulta que lo llevas en el bolsillo? En realidad todo estaba en orden y en paz con el universo pero tú fuiste vilmente engañado por el miedo que produjo tu cerebro al verse ante la posibilidad de tener que volver a invertir una considerable cantidad de dinero en otro dispositivo nuevo.

Podría decirse que, en ocasiones, nuestro cerebro puede llegar a convertirse en nuestro peor enemigo. Una de esas ocasiones es, por ejemplo, cuando se enfrenta a una ilusión óptica que tiene como protagonista a un pobre corgi en peligro.

Este perro en cuestión está a punto de ser lanzado desde un avión. O eso es lo que parece nada más ver la miniatura del vídeo antes de reproducirlo.

Por suerte todo es una engañifa perpetrada por nuestro cerebro al confundir la nieve con las vistas desde un avión. El perro, que por cierto se llama Karma, no resultó herido con este salto.

La moraleja de este asunto bien podría ser: no juzgar nunca un vídeo de Internet por la miniatura. Siempre hay que abrirlos y después juzgar. En general, no juzgar antes de hablar.