La activista medioambiental sueca Greta Thunberg, de 16 años, llegó este miércoles en barco a un puerto de Nueva York, escoltada por una flotilla de diecisiete barcos de Naciones Unidas, que representan los otros tanto Objetivos de Desarrollo Sostenible que la ONU quiere ver cumplidos para 2030.

Varias decenas de personas recibieron a la activista con vivas y gritos de "Bienvenida, Greta", quien devolvió los saludos desde la cubierta del "Malizia II".

Su embarcación llegó a un pequeño puerto deportivo del suroeste de Manhattan con decenas de activistas que se acercaron a mostrarle su apoyo y de numerosos medios para cubrir el fin de su travesía de dos semanas por el océano Atlántico.

"Estamos aquí porque (la crisis climática) es una cuestión de justicia intergeneracional y los adultos no están haciendo nada", dijo a Efe Vanessa Rule, cofundadora de la ONG Mothers Outfront.

Junto a un grupo de madres defensoras del medio ambiente, Rul se acercó hasta el pequeño muelle neoyorquino North Cove Marina "para que Greta no se sienta sola".

"Aunque el Gobierno de Estados Unidos no está haciendo mucho por el cambio climático, hay mucha gente en Estados Unidos que está presionando por un futuro mejor", agregó Rule.

Thunberg, quien rechazó viajar en avión para evitar emisiones contaminantes para participar en la cumbre del clima que se celebrará el próximo 23 de septiembre en Naciones Unidas, zarpó en un velero del puerto británico de Plymouth (suroeste de Inglaterra), el pasado 14 de agosto, para llamar la atención sobre los peligros de la crisis climática.

La adolescente, que se ha tomado un año sabático en el colegio, viaja acompañada, entre otros, por su padre, Svante, y por el hijo menor de Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi.

La activista inició en el puerto de Plymouth un largo periplo que la llevará, asimismo, a Canadá, México y finalmente a Chile, donde en diciembre prevé asistir a otra conferencia sobre emergencia climática.

La joven sueca ha anunciado que se desplazará en trenes y autobuses desde un extremo al otro del continente americano.

La embarcación en la que navega, capitaneada por el alemán Boris Herrmann, está dotada de paneles solares y turbinas subacuáticas que permiten utilizar electricidad a bordo sin emitir dióxido de carbono.