Un estudio elaborado en cinco naciones europeas (España, Reino Unido, Polonia, Italia y Holanda) por una profesora española en colaboración con una investigadora inglesa en el que se analiza la influencia que tiene el origen familiar en las posibilidades laborales de los jóvenes, determina que, ante un mismo nivel académico y formativo, las personas procedentes de una familia que goza de un buen estatus social y económico tienen más opciones de integración laboral y en mejores condiciones que quienes provienen de un entorno familiar peor posicionado, cuestión sobre la que en nuestro país ya existían pocas dudas y que ahora parece verse reforzada con el acero los datos.

Y es que, por desgracia y obra de la cosecha autóctona, España junto a Italia son los territorios donde el pedigrí tiene mayor peso específico, siendo Holanda el menos sensible a la repercusión de los efectos de naturaleza genealógica.

Enlazando las conclusiones del trabajo con las cifras publicadas en días pasados relativas al porcentaje de pobreza alcanzado en el territorio nacional, no se hace difícil identificar y poner rostro a los sectores sociales con mayores probabilidades de permanecer en el patio trasero y descuidado del sistema.