Trump ya es el 45 presidente de los Estados Unidos. A partir de este momento sabremos si el presidente se parece al candidato, esperemos que no. El traspaso de poderes ha sido poco modélico.

No es la primera vez que existen tensiones de este tipo ni manifestaciones. La que sí es nueva es la polarización entre los estadounidenses, una polarización que afecta a todos los países donde prolifera el nacionalismo.

Obama ha contribuido a que se haya erosionado severamente el reconocimiento entre los americanos.

El éxito de la presidencia de Trump depende en gran medida de que tenga conciencia de por qué ha ganado.

Le ha votado una clase media blanca que no ha visto los efectos de la recuperación, que se encuentra frustrada y busca culpables. Trump ha sido aupado a la presidencia por un estado de infelicidad: entre los blancos de clase media la mortalidad ha aumentado de forma considerable por suicidio, drogas y alcoholismo. Es lo que los grandes medios de las costas y las élites no supieron ver.