Una fría mañana de enero, un ser despreciable que practicaba ya no la caza sino que sembraba la muerte, añadiendo a su currículum mortuorio la vida de dos agents rurals (agentes medioambientales o agentes forestales para entendernos) descerrajando a quemarropa su escopeta Benelli y abatiendo de dos tiros a cada uno, a Francesc Xavier Ribes y David Iglesias, como si fuesen una especie venatoria más y que cumplían con la labor de vigilancia e inspección medioambiental inherente al cuerpo de Agents Rurals. Los cuatro tiros de este cafre, que no cazador, han dejado a su vez sin padres a un niño de 10 años y a una niña de 7 y viudas a dos esposas. Con la democracia el cuerpo de agentes forestales, con raíces de creación en la Ley de Repoblaciones Forestales de 1887, se ha diluido en 17 autonomías. Y así, con el despertar de la protección de la naturaleza, el medio ambiente y/o lo verde, determinados cuerpos e instituciones oportunistas han ido ocupando paulatinamente el espacio mediático, que no el trabajo, en simbiosis con una casta política trepadora y sin escrúpulos que se ha ido extendiendo por las distintas administraciones públicas, con el fin de aparentar ante la sociedad que trabajan en la conservación de la naturaleza. El colectivo de agentes medioambientales ha aguantado las presiones, desprecios, amenazas, daños, agresiones y hasta muertes, que no son la de Francesc Xavier y David las primeras, a manos de multitud de desalmados, como el cafre que nos ocupa, y que se extienden por todo el país. Esta kale borroka ha sido asumida y sufrida en silencio sin que nadie se haya querido hacer eco de la misma. Este colectivo además, aparte de los bomberos forestales evidentemente, pone vidas que el fuego convierte en muertos en numerosos incendios forestales. Y los focos de difusión mediática se dirigen hacia otro lado, una y otra vez, con el consentimiento obstinado de la clase política. Un agente medioambiental es un agente de la autoridad en el cumplimiento de sus funciones y el presunto asesinato de los dos agents rurals en Lleida el pasado sábado es un atentado a la autoridad y únicamente el fiscal lo ha calificado como corresponde, sin que la prensa y demás medios de comunicación, tan dados a cacarear los presuntos atentados a la autoridad que sufren otros colectivos, se hayan atrevido a reflejarlo como tal.

Solo me resta reconocer el trabajo de Frances Xavier y David, que marca huella en la naturaleza, al igual que el de tantos compañeros fallecidos en acto de servicio que son recordados por los que les quieren y los apreciamos.

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