La libertad es el don más valioso que tenemos los seres humanos. La libertad es elección, y sin elección no podemos conseguir la plenitud en el hombre. Si no elegimos y nos imponen criterios, la libertad esencia básica, se pierde. De todo esto se deduce, que si nos quitan esa situación, aparece en la humanidad el infortunio y el desastre.

Pero, ¡ojo!... cualquier elección depende de la circunstancia del momento, ejemplo vínculos sociales, costumbres vividas, nuestra biología etc...

Para que haya progreso, es imprescindible la acción. La cultura, el respeto a las ideas, creencias etc., son fundamentales. Pero no olvidemos, que encima de todo eso, está la libertad, que jamás nada ni nadie nos la puede quitar.

No olvidemos nunca la cantidad de personas que murieron en la Segunda Guerra Mundial, para conseguir lo que hoy poseemos y que es lo más grande que el individuo debe mantener siempre, la libertad. Las dictaduras fascistas y comunistas dejaron millones de muertos en los campos de batallas y en los campos de concentración, no olvidemos nunca la historia. No permitamos que ni por ideologías radicales y fanatismos religiosos desaparezca nuestra libertad, que tanto costó a nuestros padres y abuelos conseguir.

Una gran parte del tejido social está desencantado y ve el decaimiento de una sociedad que va perdiendo fuerza en los valores democráticos, debido a esa falta de ilusión y lucha por mantener ese espíritu que siempre ha caracterizado a nuestra civilización occidental.

Hay que encontrar de nuevo la honestidad como motivo de complacencia, la vergüenza y la solidaridad para con todos. Hay que buscar la ilusión, el esfuerzo, la alegría, la libertad y sobre todo la seguridad para compartirla con los demás. Hay que rechazar la falta de ética y de respeto a todos, concienciando a la sociedad, de que lo importante en nuestras vidas es el ser y no el poseer.

En resumidas cuentas, luchar por un mundo justo, más humano donde las personas respeten a las personas. Esto realmente, si sería una democracia.

Hagamos que la responsabilidad descargue sobre el estado de nuestra civilización en particular, movilizando y exigiendo a nuestros líderes mundiales, para que nuestra libertad no se acabe.

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