Los incendios siguen en otoño. Las cuatro administraciones: la central, las autonómicas, las diputaciones y los ayuntamientos tendrán que coordinarse y negociar un presupuesto para limpiar los montes, y así no tengan pólvora los terroristas incendiarios.

Cuando yo era un niño no había incendios, porque todo lo que producían los montes y bosques se necesitaba para las cuadras, cocinar, calentarse, etc. Cada mes de agosto en Galicia se hacía a queima da roza, es decir, se quemaba en el monte lo que habían cavado en el mes de abril para renovar las cepas de los tojos, pero solo ardía lo que estaba previsto. Ahora los montes y bosques están en el abandono absoluto, por eso los terroristas pirómanos lo tienen muy fácil.

Las 4 administraciones tendrán que llegar a un acuerdo para frenar el desastre. Se necesita un presupuesto para contratar a personal a lo largo de todo el año para limpiar la maleza, zarzas, tojos, etc., podar los árboles eliminando los sobrantes (en especial los eucaliptos), y también preparar cortafuegos en las zonas especiales. Así se conseguirían dos objetivos: bajar la cifra del paro y evitar los incendios. Al principio será un gasto importante, pero cuando todo esté ordenado se podrá prescindir del gasto en hidroaviones, y al paso de los años la madera de los bosques será una importante fuente de ingresos.