El rigor informativo no debe de figurar en el manual de estilo de la TVG. Cómo, si no, se explica que, pese a las múltiples llamadas hechas a dicho medio público por familiares y amigos de quienes moraron el valle de Encrobas para advertirles del error que estaban cometiendo al noticiar el "trasvase de agua a Cecebre desde el lago de Meirama", sigan erre que erre con el lago "de Meirama". Por ello, permítanme que les aclare que si un día deciden hacer una excursión para visitar el lago "de Meirama" no pierdan el tiempo buscándolo, porque no lo van a encontrar.

Les explico. Le llamaron mina de Meirama a la de lignitos abierta en un hermoso valle donde se asentaba la parroquia de Encrobas (Cerceda). En aquel momento se podía entender ese nombre porque los responsables de la empresa explotadora tomaron como referencia la estación de Meirama y, además, las primeras prospecciones se hicieron en los límites de ambas parroquias, aunque luego siguieron cavando y, con toda probabilidad, ignoraban que ya lo hacían solo en Encrobas. Pero una vez agotado el lignito, se acabó la mina de Meirama. Lo que allí queda es una gran depresión que sirve de lecho al lago que, precisamente, ocupa el valle en el que se asentaban más de 20 aldeas de la parroquia de Encrobas. Entenderán, pues, que los deudos de quienes allí vivieron no quieran perderlo todo, incluido el nombre de su parroquia. Por tanto, cualquier referencia a este lugar, lo correcto es hablar del lago de Encrobas.