El hallazgo de múltiples bifaces propios del Paleolítico inferior, con una datación superior a doscientos mil años, en el yacimiento arqueológico de Porto Mayor (municipio de As Neves, en la provincia de Pontevedra) ha elevado drásticamente la antigüedad de los asentamientos humanos en Galicia. Los instrumentos líticos descubiertos son de tecnología achelense o Modo 2, que comenzaron a producirse en África hace más de millón y medio de años, presumiblemente por Homo Ergaster, aunque su producción se prolongó al menos hasta el Homo Heidelbergensis de Atapuerca (Burgos), lugar donde se encontró el famoso bifaz Excalibur, en la Sima de los Huesos, con una antigüedad que ronda el medio millón. En el yacimiento de As Neves no han aparecido restos fósiles humanos, lo que crea incertidumbre respecto a la especie que se estableció allí produciendo dichas piezas y acumulándolas en un depósito común, práctica que no se ha observado hasta ahora en ningún otro lugar de Europa. La conservación fósil es muy difícil en Galicia debido a la acidez del suelo, por lo que es probable que nunca aparezcan esos restos. A falta de más datos, podemos preguntarnos: ¿por qué no denominar Homo Galaicus al productor de esos largos bifaces de As Neves, con el mismo derecho con que en otros lugares se han impuesto otros nombres toponímicos de ancestros (Homo Georgicus, Neanderthalensis, Heidelbergensis, etc.)? Por lo demás, el hecho de que haya aquí un asentamiento humano tan primitivo, anterior a otros muchos en España y en Europa, invita a reconsiderar la hipótesis de que los pueblos establecidos en Galicia lo hicieron por la presión de otros que los desplazaron de sus orígenes, y permite consolidar la noción de una población autóctona preexistente a todas las migraciones posteriores.

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