Es incuestionable lo que ha cambiado el papel de la mujer en la sociedad. Y más, que deberá cambiar. Prácticamente, han pasado a la historia aquellos tiempos en los que, los hombres eran los suministradores en el estrato material.

Aquel prehistórico macho, que se reservaba el derecho de hacer en su casa lo que le venía en gana, es una raza a extinguir, aunque lamentándolo mucho, ese proceso al día de hoy, no ha terminado. Pero los tiempos cambian y la vida va poniendo a cada uno en su sitio. A consecuencia de la crisis, en muchísimos hogares la economía familiar se sostiene gracias a la mujer. ¿Qué haríamos sin ellas?

Además de ser el soporte económico del hogar familiar, las riendas de grandes compañías a nivel mundial están en manos femeninas. Incluso en España, el progresivo avance en la búsqueda de la igualdad de género, está permitiendo que por fin podamos ver a la mujer en el escenario político. Iba siendo hora.

Y como no es oro todo lo que reluce, y en España, para no variar, algunas mujeres relacionadas con el poder, no son el mejor ejemplo para seguir prosperando en el cupo femenino por la igualdad de género.

La ordinariez y la actitud irrespetuosa en sus declaraciones, deberían ser motivos suficientes para que la presidente de la comisión del Pacto de Toledo, Celia Villalobos, se fuese a su casa. Sus modales burlescos y sus frecuentes explicaciones incoherentes dejan atónitos incluso a sus correligionarios. Los últimos disparates que le hemos escuchado, han hecho subir el nivel de indignación en los colectivos más perjudicados por la crisis, entre ellos, los pensionistas. ¿Por qué no te callas?, le debería advertir su jefe, que bastante tiene con lo que tiene.

Pero no todo es charlatanería, podría enumerar algunos casos más de mujeres en la política española, que se han colocado deliberadamente el cartel de tontainas y nadie las cree. Pero lo voy a dejar para otra ocasión.

La salpicadura de falsa ingenuidad es tal, que incluso, alcanzó a nuestra monarquía. Es evidente que Cristina de Borbón y Grecia pretende lavar su imagen y reconciliarse con la opinión pública, pero sigue todavía queriéndonos hacer creer que no sabía en que andaba metido su marido Iñaki Urdangarín.

Estos son sólo algunos de los prototipos de mujer que son un agravio a aquella otra que, con su trabajo soporta sobre sus hombros la economía familiar, además de compaginar la gerencia del hogar con su pareja.

Porque como afirmó Mao Tse Tung, las mujeres sostienen la mitad del cielo porque con la otra mano sostienen la mitad del mundo.

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