El hemisferio sur tratando de subirse al primer mundo, ocurre en todos los continentes. Búsqueda de una oportunidad para los hijos del horror. Largos recorridos atravesando varios países. A lomos de un tren llamado Bestia, caminando desiertos, sufriendo robos, violaciones, extorsión. Pero no cunde el desánimo, hay que llegar como sea al sueño del destino.

La cuestión es que siempre habrá quien saque rédito al sufrimiento. Ladrones de tumbas que se aprovecharán de la desgracia ajena. Guerra o gobierno corrupto, mientras las naciones se resquebrajan, ellos harán billetes con las almas rotas. ¿Conciencia? ¿Esclavitud? Hábleme solo del negocio.

Es justo ahí donde han de aunarse los esfuerzos, la erradicación de la raíz mafiosa. Claro que hay que ayudar a un náufrago a la deriva, ¿qué puede ser más importante que una vida humana? Pero habrá más Aquarius, como cifras de ahogados que mueren en el olvido.

Difícil entenderlo mientras el yate siga navegando, sin toparse con una balsa repleta de migrantes. Cuando el eje de las decisiones se toma tras volar en un avión privado, dormir en un hotel de cinco estrellas, y ser trasladado a la cumbre en un coche de alta gama.