Cuentan las crónicas que, últimamente, casi la mitad de los muertos en accidentes de tráfico no llevaban puesto del cinturón de seguridad. Probablemente, la renuencia de algunas personas a usar un dispositivo tan decisivo para salvar vidas como es el cinturón en caso de accidente, se deba a que esas personas, tanto los conductores como sus acompañantes, consideraban que a ellos nada les podía pasar por viajar con excelentes conductores. Sin embargo, como dijo en célebre ocasión el ilustre Iglesias Corral, "Pasou o que pasou".

Por eso yo, que no soy nadie para dar consejos, sí invitaría a quienes rehúsan utilizar un salvavidas, a una reflexión tipo José Mota, aunque aquí sin ningún atisbo de broma: "Yo sé que nada me puede ocurrir. Pero? ¿y si sí?"