Este final del año en curso quedará para la historia como el momento en que la humanidad vio hacerse realidad la profecía de Huxley con el nacimiento de los primeros niños modificados genéticamente por medio de la tecnología científica; y también la de Orwell, al menos en España, con la aprobación de una eufemística Ley de protección de datos que precisamente nos desprotege frente a los partidos y por lo tanto ante un poder político que nos podrá observar, clasificar e intentar manipular ideológicamente gracias a ella.