El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de la ONU proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), hito histórico que merece ser recordado al llegar su aniversario, redondo este año en que estamos. El texto de la DUDH consta de un preámbulo (en el que se afirma el valor universal de la dignidad de la persona y la igualdad de derechos de hombres y mujeres) y de treinta artículos, que se suelen dividir entre derechos individuales (que van desde el derecho a la vida a las libertades de conciencia, expresión y participación política) y sociales (como el derecho al trabajo, a la educación y a un nivel de vida digno). A pesar de ser tan breve supuso tres años de laboriosas reuniones y negociaciones entre los países miembros hasta llegar a un acuerdo suficiente para que no hubiera ningún voto en contra (aunque sí hubo ocho abstenciones: las de seis países comunistas, la Unión Africana y Arabia Saudí). Después de siete décadas la DUDH goza de un amplio reconocimiento internacional y sigue siendo referencia en materia de derechos fundamentales en todo el mundo. En España, además, inspiró todo el título primero de la Constitución, gracias a lo cual en nuestro país los Derechos Humanos son mucho más que una declaración de intenciones: forman parte de nuestra máxima ley y por tanto son de obligado cumplimiento por parte de todos, instituciones y particulares. Y es que, como la propia DUDH indica, toda persona tiene también deberes, y el primero de ellos es respetar los derechos de los demás.