Con la habilidad a que nos tienen acostumbrados para la manipulación, nos acaban de vender que quieren proteger a los mayores de 70 años y, para ello, no se les ocurre mejor idea que establecer unas franjas horarias tasadas para el paseo. Pero, realmente, esas horas están frecuentadas por una amplia fauna: unos a pasear el perro; otros a buscar el pan; algunos sin rumbo fijo, y los menos a trabajar. El caso es que las aceras y paseos, a esas horas, van a reventar.

Total, que mientras los demás pueden elegir cuándo salir, con cualquier pretexto, los mayores están condenados a unos horarios poco acordes con su condición de vulnerabilidad, lo que me lleva a pensar que quizá tenga razón alguien que, cuando estalló todo eso del Covid-19 -socarrón y desconfiado él- soltó la siguiente perla: "La pandemia es la medida que se les ocurrió a los políticos para aliviar el sistema de pensiones". Todos lo tomamos como una de sus bromas, por lo que nos reímos y no le dimos más importancia.

Sin embargo, acaba de publicarse que, en efecto, el sistema de pensiones mejoró con la pandemia y, quién sabe si con estas franjas horarias sigue mejorando. Alguno más caerá. ¿Por qué no se les deja elegir horario a los mayores, como a todo el mundo?