"No entendemos la base para justificar el cierre de una planta que funciona bajo las condiciones de seguridad, con los mayores estándares y, todo ello, avalado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el único organismo técnico competente en la materia", señaló a Efe una de las trabajadores de la planta que participó en la reunión, Aída Muntión.

Por ello, los trabajadores pidieron al grupo de eurodiputados, entre los que estaban el popular español Alejo Vidal-Quadras o el húngaro del grupo socialista Edit Herczog, que apoyen la extensión de la vida útil de la planta hasta 2019, tal y como señala un informe no vinculante del CSN.

Los parlamentarios se comprometieron a remitir una carta al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para mostrar "a título personal" su respaldo a la extensión de la licencia de funcionamiento.

Los trabajadores subrayaron la "seguridad" de la central, en funcionamiento desde 1970 y cuya "vida de diseño" -40 años-, acaba el próximo mes de julio.

No obstante, el CSN considera que se puede prolongar la vida útil de la central diez años más porque reúne las condiciones de seguridad requeridas para seguir operando.

En este sentido, recordaron que Garoña cumple con las normas requeridas en los Estados Unidos, así como con las condiciones exigidas a las plantas de nueva construcción.

Además, los representantes de los trabajadores alertaron sobre las "consecuencias nefastas" que tendría sobre la zona el paro de la planta, ya que supondría la pérdida de unos 1.000 empleos directos e indirectos, subrayó otro de los trabajadores, Rodrigo Cuesta.