"En el Golfo de California hemos encontrado que algunas partes de la corteza terrestre se estiran mucho antes de romperse, mientras que otras simplemente se resquebrajan", explicó a EFE Daniel Lizarralde, líder de esta investigación que recoge en su última edición la revista científica británica "Nature".

Para hacerlo más comprensible a aquellos no familiarizados con la Geología, Lizarralde compara, de manera muy divulgativa, lo que sucede en el fondo del Golfo de California con lo que ocurre al cocinarse una galleta.

"Las galletas calientes estiran su masa antes de romperse, mientras que la misma galleta, cuando está fría, simplemente se resquebraja sin necesidad de estirarse", comenta el experto, de la Institución Oceanográfica de Woods Hole (EEUU).

La única diferencia, puntualiza, es que, en el caso de la Península de Baja California, todas las zonas de la corteza están actualmente a la misma temperatura.

Esa circunstancia, explica, es algo que parece no haber ocurrido hace quince millones de años, cuando una erupción de lava "sobrecocinó" algunas partes de esta enorme "galleta geológica".

Siguiendo con el símil, Lizarralde comenta que "las galletas que están durante más tiempo en el horno se hacen más frágiles que aquéllas que se cocinan poco, incluso aunque después las hayas enfriado a la misma temperatura".

Por ese motivo, algunas partes del Golfo de California se fragmentaron hace tres millones de años, mientras otras lo hicieron mucho más tarde, dando lugar al aspecto actual de la Península, que se extiende a lo largo de 1.280 kilómetros en el Océano Pacífico.

Según el científico, el proceso de separación de la Península respecto al continente americano está completo "casi en su totalidad".

Aunque en el futuro, dentro de unos veinte millones de años, esa porción de tierra ahora unida a México terminará siendo una isla.

"Más arriba, en el Estado de California (EEUU), el resquebrajamiento de la tierra continúa en los valles Imperial, Muerto y Owens. Por este proceso, la mayor parte del sur de California, incluidas las ciudades de Los Ángeles y San Diego, terminarán formando parte de la Península", indica el experto.

A pesar de que estos movimientos geológicos pudieran parecer perjudiciales, Lizarralde asegura que podrán ser beneficiosos para México en términos energéticos, toda vez que el petróleo será cada vez más escaso.

"Una consecuencia de estas separaciones -señala el investigador- es la presencia de magma no muy por debajo de la superficie de la Tierra".

"Este magma subterráneo -prosigue- puede ser utilizado para producir energía geotérmica, como ya se hace cerca de Mexicali", capital del Estado mexicano de Baja California.

El Golfo de California comenzó a resquebrajarse entre doce y quince millones de años atrás, separando a la Baja California del continente y situándola en la placa tectónica del Pacífico, en vez de en la placa norteamericana.

En general, se considera al conquistador español Hernán Cortés como descubridor de la Península en 1535, aunque, según algunos historiadores, el primero en desembarcar allí fue su compatriota Fortún Jiménez, que arribó en 1534 creyendo poner pie en una isla.