Suele decirse que Hollywood es la meca del cine, pero su verdadero corazón, su gran plató callejero, ha sido siempre Nueva York, la ciudad que acoge la mejor escuela cinematográfica del mundo, la New York Film Academy, por donde han pasado grandes nombres de la pantalla y en cuyas instalaciones uno puede encontrarse a diario con invitados como el actor John Voight o el director Paul Haggis o compartir clases con alumnos como los hijos de Robert Redford o Steven Spielberg.

A este emporio internacional del rodaje llegará esta misma semana con una beca la coruñesa Nuria García Montiel para realizar un máster de dirección y producción. "Es la escuela de cine más conocida en Estados Unidos, pero más que una escuela, es como una empresa. Tengo que hacer cuatro proyectos que ellos van supervisando, pero tú tienes que organizarlo todo, desde conseguir a los actores o buscar las localizaciones para rodar. Eres el director y a la vez el productor. Es muy práctico e intensivo, con atención las 24 horas. Puedes usar las instalaciones de la escuela a la hora que quieras y las salas de edición no cierran hasta altas horas de la madrugada", asegura Nuria la víspera de su marcha a la ciudad que se disputan como cronistas grandes directores como Woody Allen o Martin Scorsese. "Es difícil decir con cuál de los dos me quedaría, me gustan mucho. Creo que me decidiría por Woody Allen, por su estilo europeo, con el que me identifico más."

Nuria tiene ya un currículo en el mundo del cine, ha sido meritoria de dirección en la película León y olvido, una de las producciones gallegas más premiadas, o secretaria de dirección en Un cuento para Olivia, además de participar en otros filmes como Mia Sarah. Aunque viaja con algunas ideas en el equipaje, en Nueva York quiere "empezar de cero". En cualquier caso, la ilusión por esta oportunidad no le impide ser realista en un mundo tan complejo. "Espero que esta experiencia me abra las puertas de la dirección de cine, pero evidentemente seguiré trabajando en la producción porque de algo hay que comer."

La faceta de la producción tendrá un peso esencial en su formación neoyorquina y es un rol fundamental en estos tiempos de crisis que han obligado al mismísimo Hollywood a apretarse el cinturón y reducir drásticamente el número de películas, por no hablar de sus presupuestos. En España suele pensarse que productor de cine es simplemente el que pone el dinero para hacer una película, pero en la New York Film Academy desvelarán a Nuria los secretos de un buen productor ejecutivo o un director de producción, funciones tan distintas como decisivas a la hora de sacar una película adelante. "Un productor ejecutivo es el que consigue dinero para hacer una película, no necesariamente el que lo pone. Y un director de producción es al que le dicen tenemos este dinero, poco, porque siempre es poco, y tiene que conseguir hacer la película con eso".

De esto sabe bastante Nuria, que ha vivido en persona las estrecheces que atenazan últimamente al cine español, uno de los sectores más castigados por la crisis. Existe un viejo debate que ahora vuelve a aflorar acerca de las bondades o las servidumbres de una industria tan condicionada por las subvenciones. "Yo soy partidaria de las subvenciones sólo para aquellos que están empezando, lo que no puedo entender es que a Almodóvar o Amenábar les baste con pensar cualquier cosa para que les estén ya pagando por ello y se lleven las máximas cuotas de ayuda pública. Si ya eres rentable, pasemos página ".

Nuria García Montiel ha compaginado su trabajo en el cine con la publicidad, una cantera inmejorable para la gran pantalla por el acceso a equipos "muy buenos, tanto como los rodajes de cine en Madrid o Barcelona y que no suelen verse en los rodajes por aquí".

En Galicia la crisis se ha cebado con la producción de cine, aunque Nuria matiza qué es realmente cine gallego. "Aquí hay muchos más problemas que en el cine español. En Galicia se ruedan un montón de películas que son bastante buenas, como las que viene a hacer Cuerda, por ejemplo, y las llaman gallegas pero no lo son. Simplemente se llevan una cuota de subvención y por eso se filman en parte aquí. Sí hay películas gallegas en cambio que con muy poco dinero han sabido abrirse puertas internacionales, como Mia Sarah o León y Olvido que, aunque fue premiada incluso en festivales de categoría A como Karlo Vivary, Toulouse o Canadá, en Galicia ha pasado casi desapercibida. Es una pena, la crisis nos ha golpeado justo cuando se estaban acometiendo proyectos dignos para abrirse camino en el mercado internacional. Esperemos que sea algo pasajero".

Hay quien ha dicho, sin embargo, es el caso de Fernando Trueba o del escritor Juan Marsé, que se le espetó a la propia ministra de Cultura, ex presidenta de la Academia de Cine de España, que la crisis del cine español se debe a la falta de guiones de calidad. "Son opiniones personales. Yo creo que sí hay buenos guiones, es más difícil encontrarles buenos productores o directores. Coges cualquier guión de esos, te lo dirigen americanos y es pan comido".

Resulta difícil que un profesional del cine se atreva a decir sin rodeos cuál es su película favorita. Nuria no titubea en su elección: "Olvídate de mí, de Michel Gondry, una producción americana que ganó el Oscar al mejor guión hace cuatro años. El final es auténtica magia".