Nació en el Palacio del Pardo, se casó con un Borbón y su hijo es aspirante al trono de Francia. Es un currículo que pesa. Pero Carmen es más conocida por su vida alegre. Casada desde hace 4 años con José Campos, se ha afincado en Santander. En los Picos de Europa dio con una destilería.

-¿Mojito de orujo?

-Creo que somos los únicos que hacemos esto. El orujo funciona muy bien en los sitios donde hace frío, en el norte, pero para las terrazas, para toda la zona del Mediterráneo y el verano lo hemos convertido en mojito. Está teniendo mucha aceptación.

-Y así además promociona su tierra de adopción.

-Cantabria, sí. Esto se hace en los Picos de Europa y al mismo tiempo ayudo a mi región.

-Su último proyecto es una compañía de baile propia. ¿Le entró el gusanillo después de bailar en televisión?

-Nace del programa en el que participé hace cuatro años. Lo que pasa es que ponerlo en marcha lleva mucho tiempo. Pero el proyecto sale ya, dentro de unos días.

-Con finalidad benéfica tengo entendido.

-La gala de inauguración es a beneficio de los Mensajeros de la Paz del padre Ángel, para la construcción de dos hospitales para niños; uno en Haití y otro en Guatemala.

-¿Usted bailará con ellos?

-Bueno, el día de la gala de presentación saldré al final pero luego lo dejaré en manos de los profesionales.

-¿Dónde hay que firmar para tener esos fantásticos 59 años? ¿Será por haberse casado con un hombre más joven?

-Gracias. Yo creo que es el mojito.

-Si en el DNI figurara aún la profesión, ¿usted qué pondría?

-Sus labores.

-¿No siente que su vida está muy expuesta?

-Está expuesto lo que yo quiero que esté expuesto.

-Pero es inevitable preguntarle siempre por lo mismo, que si los rumores, que si sus maridos, su pasado?

-Es que la gente monta unos seriales impresionantes.

-¿Le molesta que le pregunten por su familia?

-Hay una parte de mi familia que forma parte de la historia y es lo que hay.

-Una parte de la historia que la mayoría preferiría borrar?

-Por eso yo esa parte la dejo a los historiadores. Y la que me concierne más directamente, mis hermanos y mis hijos, pues ellos son muy respetuosos de su vida privada y no soy quien para romper ese pacto.