-¿Cuál es la clave para superar los problemas?

-La velocidad del cambio tecnológico, económico y social a nivel global es enorme y nos hemos quedado atrás pensando que todo iba bien. Tenemos que aceptar el cambio y dejar de esperar a que las cosas sean como antes, soltar el pasado para avanzar hacia el futuro, y para eso tenemos que prepararnos mejor, progresar. Dejar de hablar tanto de los problemas y hablar de las posibles soluciones y alternativas. Tenemos que preguntarnos qué valor aportamos cada uno.

-¿De qué forma podemos reaccionar para superar la crisis?

-Una de las claves está en la fortaleza mental para ser menos vulnerable ante el entorno, y no dejar que la crisis económica se convierta en una crisis personal y emocional, para no magnificar aún más las cosas. Cuanto mejor estamos internamente es más fácil encontrar las oportunidades y ser más creativos. En las nuevas universidades de liderazgo y emprendedurismo en Estados Unidos, a los jóvenes les llevan a la calle a buscar problemas, ¿por qué? Porque cada problema es una oportunidad, pero no para hablar del problema sino para desgranarlo y ver cuáles son las alternativas.

-¿Entonces considera que la actual crisis económica habría que verla como una oportunidad?

-Es muy difícil digerirlo de esta manera. No puedo decirle eso a seis millones de personas sin trabajo. Es una advertencia de que tenemos que cambiar cómo estamos haciendo las cosas o cómo hemos hecho las cosas. Lo que no podemos hacer es seguir quejándonos, esperando que las cosas se solucionen. Estamos tan enfocados al problema, que nos pasa un elefante llamado oportunidad por delante y no la vemos.

-¿Qué habría que empezar a cambiar para ver una salida?

-Tenemos que empezar por cambiar nosotros. Esperamos que la sociedad cambie, que la política cambie, que la educación cambie, pero somos nosotros; cada uno tiene que asumir su parte de responsabilidad.

-Como coach de empresa, ¿cómo haría usted que la clase política reenfocara la situación?

-La ausencia de verdadero liderazgo en la política es grave, muchos parecen entender que el liderazgo es una posición a la que hay que llegar a cualquier precio, y mantenerse como sea. Actúan como si se tratase de una intocable posición privilegiada. El liderazgo es todo lo contrario, el verdadero líder mantiene su humildad, comprende que está para servir, no para servirse de su posición, que debe ser un ejemplo, un modelo a seguir. El verdadero líder es el primero en asumir toda la responsabilidad y las consecuencias de sus actos. Cuando echa balones fuera genera desconfianza. Espero que alguien tenga un ataque de sinceridad y diga que nos hemos equivocado. El problema es que creen que rectificar es un síntoma de debilidad y en realidad es una gran fortaleza.

-¿Por qué esa falta de buenos líderes en la política?

-Un líder es aquel que es admirado. Los partidos se han convertido en sectas en las que hay que seguir la doctrina y cuando hay personas válidas son apartados. Por eso los buenos líderes acaban en la empresa privada. Uno tiene que ser fiel a sí mismo y si hay una manzana podrida hay que sacarla. Hay miles de imputaciones y todavía se defienden. Cuando limpien su propia casa con honestidad, los demás podremos creer en la política. Me gustaría ver más líderes, pero los propios partidos lo impiden. Ahora sobre todo tiene que haber un paso al frente de valores humanos.

-¿La sociedad debe reforzar los valores humanos? ¿Cómo?

-No puede ser que los políticos digan la ley es así, como ha pasado con los bancos, las preferentes, que casi se ha estafado legalmente a un montón de jubilados, y todo el mundo mira para otro lado. Eso es falta de valores. Si hay una ley injusta habría que cambiarla. Hay que cambiar las leyes que ayuden a recuperar a los ciudadanos su dignidad.

-¿Habrá una vuelta a los valores humanos?

-Más nos vale, porque muchos de los males han sido creados por esa falta de valores. La crisis está provocando una metamorfosis en la escala de valores, y muchos ahora han comenzado a darse cuenta de lo que realmente es importante en la vida, como la familia. Nos hemos creído los mejores y hemos vivido de apariencias, y cuando te crees el mejor ya has comenzado a perder.

-¿Es necesario llegar al abismo para poder darse cuenta de la necesidad de cambiar las cosas?

-El ser humano toma las decisiones por dos motivos: por lo que quiero lograr o porque quiero huir. El sufrimiento es más poderoso porque el ser humano tiene el instinto de supervivencia. No es necesario llegar al abismo para cambiar.

-El libro Donde los sueños te lleven va por su 12ª edición ¿En qué se basa el éxito de su trabajo?

-La gente se siente identificada. Es una historia basada en hechos reales de un accidente de escalada pero en realidad es una metáfora de la vida. Todos nos enfrentamos a situaciones dramáticas y el libro es una demostración de la capacidad del ser humano de superar la adversidad.