-No me vendrá ahora con que la vida sigue igual. Muy igual no parece que estén precisamente las cosas en estos tiempos revueltos.

-No sé si la vida sigue igual, pero nosotros vamos cambiando un poco. Por una parte sí, unos que nacen y otros que mueren, unos que ríen y otros que lloran, unos que tienen problemas y otros que no. Eso seguirá siempre igual, aunque la cosa sea más contemporánea y estemos más comunicados. Yo me he hecho mayor, que no viejo. Uno se hace mayor cuando el corazón y la cabeza empiezan a juntarse. Cuando la cabeza está bien regida y el corazón aún late a 70 pulsaciones, aunque tenga que tomar un par de pastillitas, significa que estoy vivísimo. El privilegio de mi vida es que a los 72 años sigo cantando, es una maravilla. Vengo de cantar de Varsovia a Dubái y ahora voy a Canarias, que tengo unas ganas grandísimas, y después a Nueva Zelanda.

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